Antonio Chaves tiene la llave

El director general del Celta y su relación personal con ambos será clave en el trabajo conjunto de Coudet y Campos

Publicado: 28 jun 2022 - 23:44 Actualizado: 29 jun 2022 - 09:03

Antonio Chaves (izqda.) observa el campo desde el palco del estadio de Balaídos esta temporada.

J.V.LANDÍN
Antonio Chaves (izqda.) observa el campo desde el palco del estadio de Balaídos esta temporada. J.V.LANDÍN

Siempre es una figura crucial, como su propio cargo indica, pero ahora se convierte en el engranaje personal necesario para que la nueva mécanica deportiva del Celta funcione. El director general del club, Antonio Chaves, es la referencia principal tanto del entrenador, Eduardo Coudet, como del nuevo director deportivo externo, Luís Campos. Como interlocutor de ambos, tendrá que evitar disensiones y procurar acuerdos en una labor que nunca deja satisfechos del todo a los técnicos.

Tras un distanciamiento inicial, propiciado por el prolongada aterrizaje de Campos, los dos actores comenzaron a trabajar juntos de buena manera. Desde su experiencia, acordaron el reparto de papeles y la fórmula de comunicación con una premisa: Coudet dejaba de tener tanta mano en los fichajes y de gestionarlos de forma directa -como sucedió en los dos anteriores mercados en muchos de los casos- y Campos se ajustaba en lo posible a los perfiles que responden al sistema de juego del argentino.

Las fases con los dos en Príncipe son diferentes. Con Coudet se ha pasado ya del enamoramiento a la convivencia, aceptadas diferencias y roces que no han mermado de forma determinante la confianza del director general. Con Campos, lo que se vive es más ese enamoramiento, asumiendo que la relación personal que mantiene con Antonio Chaves ha sido clave para que se haya decidido a aceptar el reto de conformar un equipo que no está en la élite mundial.

Por el momento, el mercado está demasiado incipiente como para sacar conclusiones. Bien es cierto que el perfil del único fichaje, Williot Swedberg, no responde a las necesidades más marcadas por el entrenador. Pero al director deportivo le queda tiempo para contentar, en lo posible, a Coudet.

De la convivencia de estas tres personas dependerá el éxito del proyecto. Problemas que solventar hay muchos.

La mecánica pasa de dos voces principales a tres

La principal diferencia en el equilibrio de fuerzas que se desarrolla en este mercado respecto a los anteriores es el peso que ha ganado la parte de la dirección deportiva con el aterrizaje de Luís Campos. Hasta la fecha, el Celta había apostado por secretarios técnicos de un perfil bajo y, como era norma hasta ahora, plenamente identificados con el club. Tanto que, realmente, al final había dos voces principales: el entrenador y el club.

Ahora, se mantienen las dos mentadas pero hay que añadir una tercera, la de Campos. No significa esto que la última palabra no la siga teniendo el Celta como entidad, principalmente por las cuestiones económicas, pero sí que habrá dos argumentos de peso que tener en cuenta y que, en ocasiones, pueden no coincidir. De ahí que la relación personal entre entrenador y director deportivo, con el director general de por medio, vaya a ser crucial.

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