sabor a 'gloria divina'

La semana pasada mi mujer y yo organizamos, un año más, la excursión a Barrantes (Tomiño), con residentes de los Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis. Participaron 90 enfermos-residentes (siete en sillas de ruedas), 30 voluntarios-conductores (24 coches y tres furgonetas del centro), y 15 voluntarios más que se encargaron de la intendencia (6 grandes paellas, 25 tortillas, etc., y bajo una gran parra prepararon mesas con manteles, floreros y sillas para 95 comensales. El resto de los voluntarios nos arreglamos como pudimos, pero fame non pasamos.

Francisco de Cominges Molíns. (Vigo).

Publicado: 06 sep 2013 - 08:00 Actualizado: 10 feb 2014 - 12:27

Iniciamos la excursión a las 10:30 con el reparto de residentes en coches de voluntarios, y nos rejuntamos en el Museo del Mar en Alcabre, invitados por la Xunta. Nos atendieron admirablemente. Disfrutamos con lo que vimos, pero lo que más gustó fue conocer de labios de la simpatiquísima Sandra los secretos de los peixes de la ría. Finalizada la visita, reembarcados todos en sus respectivos numerados coches, por la carretera de las playas vía Gondomar y sin perderse ninguno por el camino, arribamos a la finca a O Patrón en Barrantes (Tomiño), hermosa finca con antigua casa de piedra, en donde la intendencia tenía ya a punto, un copioso y sabroso menú.

De sobremesa se cantó, contaron chistes, bailamos, juegos de los antiguos tirando de la cuerda unos de un lado y otros del opuesto, el pañuelito, gimnasia sueca dirigida por el inagotable todo terreno H. Donaire y baño en la piscina separados los nadadores de los novatos, a los que en la parte menos profunda las enfermeras del centro Rosa, Celia y Noelia, con santa paciencia, y con el agua a 28 grados, lograban hacerlos flotar. Relajados por tan sanos ejercicios, finalizando la tarde, el cura Benito celebró allí misa bajo la parra. Una emotiva Misa de campaña. Todos, entre jóvenes y veteranos, más de 130, quedamos encantados de cómo celebró la Eucaristía D. Benito. Su devoción, expresividad, simpatía y proximidad, recordó el estilo del Papa Francisco.

Cantamos la Salve Marinera y el Himno a San Camilos, y cenamos en O Patrón, porque en la Residencia se cena a las 6 y sabíamos que a esa hora estaríamos a media fiesta. Unos días antes, estando sentado yo al volante de mi coche con la ventanilla abierta en la puerta de la Residencia esperando pacientemente a mi mujer, que siempre en sus visitas a la Casa le cuesta abandonarla, se me acercó en silla de ruedas un desconocido, y me pregunta si sabía quienes organizaban esa excursión de la que tanto se hablaba. Me pareció que él sí sabía algo, y de gallego a gallego le respondí preguntándole si era nuevo en la casa. Contestó que llevaba menos de 3 meses, y que oyendo lo de la excursión había preguntado a un veterano si merecía la pena, y que éste le contestó que sí y que los organizadores tenían que tener mucho dinero para hacer tan gran fiesta. Cuando le dije que yo era uno de ellos, y que si le parecía que mi coche, Fiat de más de 10 años lleno de abolladuras y rascazos, era el de un millonario, contestas que ese coche no, pero ¿y los que dejó en el garaje...? Aclarado que solo dos viejas bicicletas, remata que también hay ricos a quienes no les da por los coches. Para organizar una fiesta así no se necesita ser millonario, simplemente ganas de hacerlo, algo de espíritu de sacrificio, y lo fundamental, un numeroso grupo de amigos generosos dispuestos a colaborar con sus paellas, empanadas, tortillas, coches...

Entre los participantes, tanto residentes como voluntarios, hay quienes tienen una fe a prueba de balas, los hay agnósticos, y otros como yo que andamos entre Pinto y Baldemoro, creemos porque egoistamente queremos creer, pero sin entender un montón de cosas. Pero todos, sin excepción, en esta excursión recibimos mucho más de lo que damos, porque cuando en una cara triste por problemas de salud, familiares, económicos, o de lo que sea, conseguimos que surja una sonrisa, nos entra hasta lo más hondo una sensación que nos sabe a 'Gloria Divina', y después de esta excursión durante mucho tiempo recordaremos a un montón de caras sonrientes.

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