Irregularidades en el programa del IMSERSO

Antes de elegir, yo quise saber si han mejorado las condiciones de todos estos programas para las personas que tienen mi edad, porque hace años mi esposa y yo fuimos de viaje a Andalucía desde Vigo donde residimos y no nos quedaron ganas de volver, pues desde esta ciudad, que tiene 2 estaciones de tren, aeropuerto, puerto de pasaje y cruceros y 2 estaciones de autobuses, nos hicieron ir de Vigo a Pontevedra, de allí a Santiago, de Santiago a Madrid, de Madrid a un aeropuerto de Andalucía y desde ese último aeropuerto hemos tenido que ir en autobús hasta un lugar llamado Costa Ballena, al cual llegamos de madrugada. Durante las esperas en todos los lugares, tuvimos que desayunar, comer y cenar por nuestra cuenta. No había nadie responsable del IMSERSO que nos informase de si debíamos esperar mucho o poco, nadie nos invitó a desayunar o a comer. Y una vez instalados en el hotel andaluz donde nos quedamos el nutrido grupo de mayores, comprobamos con desilusión que los desayunos, almuerzos y cenas se componían de alimentos cocinados días antes, congelados y colocados en expositores muy atractivos que los hacían apetecibles a simple vista, pero no tenían sabor. Daba lo mismo servirse bacalao al pil pil, que carne guisada con patatas. Todo sabía a plástico.

Mi esposa y yo resolvimos alquilar un coche y salir a comer fuera, a cualquier restaurante donde pides la carta y esperas a que te sirvan la comida recién hecha. El viaje de vuelta fue totalmente igual, y por la prensa me enteré que los viajes siguientes para otros grupos gozaban de los mismos problema. Yo escribí una carta muy respetuosa, de queja, a la cual me respondieron amablemente. Me dijeron que lo organizaba Mundiplan.

En Mundiplan no me explicaron nada. Solo me incitaron a apuntarme. Parece que todo sigue igual. ¿A ninguno de nuestros diputados se le ha ocurrido renunciar a una pequeña parte de su sueldo para pagar las vacaciones de los mayores? ¿Saben ustedes cuánto gana un diputado? Ciento veintiseis mil euros anuales en números redondos. Una cantidad que no es capaz de juntar en toda su vida un pensionista. Y nuestros padres y madres de la Patria la cobran por ir a Las Cortes a insultarse unos a otros.

Yo no me apuntaré al IMSERSO hasta que no traten a los pensionistas como jubilados en vez de refugiados.