Gondomar o fondo do mar

Quiero seguir hablando de Gondomar, esa villa tan bonita y acogedora lo del fondo do mar, es así, pues se encuentra en el fondo del río Miñor y sus aguas son dulces hasta que con la subida del río, este recibe toda esa agua salada que llega hasta la villa gondomareña.

En continuación a mi pequeña reseña de 24 de noviembre, quiero rematar elogiando a la Condal Gondomar.

En la Edad Media, en el siglo XII y la segunda mitad del siglo XIII cuando se forman las parroquias, cuyos límites, en términos generales, no sufrieron alteraciones desde entonces. Los mercados y las ferias en los que se intercambiaba ganado y utensilios, ya existían en esta época tal y como lo demuestra la aparición de un mapa del siglo XII-XIII. En los siglos XVI y XVII Gondomar sufrió una grave recesión económica debido a las pestes, la hambruna y la guerra galaico-portuguesa. Fue por entonces cuando los portugueses, ante la imposibilidad de entrar en Vigo, se retiraron de Gondomar, no sin antes saquear y prender fuego a varias edificaciones, entre ellas el Pazo Conde de Gondomar. Dentro de sus importanes construcciones podemos destacar la iglesia románica de Santa Baia y los pazos da Escola, Villares y Pampillón.

Destacamos también de Gondomar las mayores cotas que alcanzan 391 m. el Pico Castelo, los 699 m. en la serra del Galiñeiro, o los 447 m. del alto do Cereixo y no quiero dejarme en el olvido con el mirador de San Antoniño, con unas vistas espectaculares del Val Miñor y además o sendero das Greas o Galiñeiro y las rutas do Monte Aloia o las rutas por los molinos de los ríos de Couso. La riqueza, fertilidad y diversidad de su territorio convierten en un atractivo para los amantes de la tranquilidad y los paseos por la naturaleza, eso es Gondomar.

Jesús González Besada. (A Ramallosa)