Atlántico
Gaza: ¿Olvidada?
En su contestación suelen decir algo tan peregrino como que tales prebendas están acorde con las responsabilidades inherentes al mismo. En mi opinión (seguramente coincidente con otros ciudadanos) sostengo al contrario que la crisis no tiene por qué distinguir sino en la aglutinación en un esfuerzo colectivo que permita salir de ella con los menos traumas posibles; entre ellos, una actitud más acorde (y hasta ejemplar) del señor Divar a la que se oponen los escandalosos recortes sociales de tantas familias españoles que hacen una sola comida al día porque en la cola de muchos comedores no abren por las tardes. En consecuencia, el señor Dívar (y los que le cuelgan) se merece un monumento!
como personificación de esa insolidaridad a la que atribuir la crisis evidente y enfermiza de la propia institución a la que pertenece. En ese espejo sin duda se mira la propia sociedad. Hay que restañar por ello, con urgencia, como bien social que es, la credibilidad perdida de la Justicia española. Aunque desconozco a estas alturas del caso, lo que opina el Papa de la conducta moral de este santo varón (católico, apostólico y romano) sugiero que sin dilación se le imponga de penitencia un viaje austero a Fatima.
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