¡Qué bueno es el asesino Putin!

Llegaron las critianas fiestas de Semana Santa y nuestro adorable Putin tuvo la delicadeza de dejar de matar ucranianos durante 30 horas, todo un detalle de cualquier asesino (aunque luego no cumplió). Dicha tregua tomada con motivo de la Pascua, es difícil de imaginar en un personaje como el que tratamos, cuyas bajas por el capricho de apropiarse de Ucrania, superan el medio millón de seres humanos. Además se ha mostrado muy sensible y afligido por la muerte de S.S. el Papa Francisco; afirmó al respecto que “fallecer en Pascua es una señal especial”. Ha expresado además este lunes sus condolencias por su muerte, de quien ha destacado la “gran autoridad internacional” con que contaba y ha ponderado que era “una persona excepcional”.

Es inadmisible que existan mandatarios que desprecien de esta forma la vida y la seguridad y limiten la libertad de sus ciudadanos a esos extremos, por la sola ambición de obtener más poder; no se puede tolerar el engaño permanente al pueblo, por la obstinación de mantener la autoridad y el dominio, ni el abuso constante del control de las personas para evitar que un poco de libertad trunque sus aspiraciones de opresión.

Todos sabemos que en la paz hay muchos más muertos que en las guerras, con esa terrible expresión de “aborto”, que promueven maquiavelicamente algunos políticos sin sensibilidad ni escrúpulos; son también seres humanos los sacrificados, pero se tolera con insidia y con todo desprecio para con los niños asesinados.

Pablo D. Escolar.