La vivienda turística resiste en Vigo: la ocupación en julio ronda el 80%

Los apartamentos Samil Costa lucen letrero como vivienda turística a escasos metros del arenal vigués.
photo_camera Los apartamentos Samil Costa lucen letrero como vivienda turística a escasos metros del arenal vigués.
Las reservas no dejan de crecer  en los apartamentos, pisos y casas en régimen de alquiler turístico: para agosto manejan previsiones que rondan el 90%, a pesar de la quinta ola del covid. Vigo y la provincia suman la mitad de la oferta en Galicia: los alojamientos han crecido un 25% respecto al año pasado

Los apartamentos, pisos y casas en régimen de alquiler turístico viven en el área de Vigo un ‘verano dorado’. Esta modalidad de alojamientos cerraron un mes de junio “histórico” con respecto a años previos a la aparición del coronavirus, como indica Dulcinea Aguín, presidenta de la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga) y las previsiones para julio y agosto no pueden resultar más optimistas: “Pese a que la primera quincena de julio pudiese resultar algo floja, las previsiones para el cierre de mes avanzan en torno a un 77% de ocupación, una muy buena cifra”, afirma Aguín.

En Vigo y provincia se contabilizan cerca de la mitad de las viviendas turísticas de toda Galicia, con mayor presencia en la costa y sin resentirse por la negativa evolución reciente del covid: “A día de hoy el número de reservas no está dejando de incrementarse y de cara al mes de agosto hay muchas zonas que ya manejan ocupaciones por encima del 85%”,  reconocen desde Aviturga.

Los históricos municipios turísticos son los que se están llevando la palma este verano en el que, a pesar del creciente interés en este tipo de alojamientos, se mantiene su ‘temporada alta’ de 15 de julio a 15 de agosto. En la provincia, Baiona, Cangas o Sanxenxo son algunos de los destinos más demandados, pero también se llenan aquellas viviendas que se sitúan en el interior. “En toda Galicia se ha notado un repunte del interés en este tipo de alojamientos”, explica Dulcinea Aguín poniendo como factores determinantes la percepción como destino seguro que transmite la comunidad sobre el turista nacional, las posibilidades que abre el teletrabajo o la mayor libertad de este tipo de alojamientos para los propios clientes. 

La evolución de la pandemia, con un notable crecimiento de casos entre la población joven, preocupa a la hostelería aunque por el momento las mayores incidencias que arrojan sobre todo algunos de los lugares más turísticos de la provincia se traduzcan en cancelaciones. “Hay que mantener en todo momento las precauciones, pero también es necesario tomar en cuenta el incremento de población en algunas zonas turísticas a la hora de evaluar la situación con la pandemia”, valora la presidenta de Aviturga. 

Pone de ejemplo la situación actual en Sanxenxo, municipio en el que reside la propia Dulcinea Aguín, establecido desde el sábado en el nivel medio de restricciones pero con un status de “vigilancia especial” por parte de las autoridades sanitarias. “Hay un dato a tener en cuenta en la temporada de verano, ya que Sanxenxo pasa de los 17.500 habitantes durante todo el año a más de 80.000 que puede haber ahora mismo”, indica Aguín. En este sentido, admite que “siempre hay que mantener la prudencia” y defiende que las autoridades sanitarias deben tomar en consideración el incremento de población que se produce en los municipios de las Rías Baixas para evaluar la situación sanitaria sin generar un impacto negativo sobre el sector turístico: “No es lo mismo un caso con la población habitual que con el triple de personas en un municipio. Todo suma tanto para lo bueno como para lo malo”, afirma.

El número de alojamientos crece un 25% desde 2020

Aviturga indica que en el último año se han incrementado en torno a un 25% el número de viviendas turísticas desde el inicio de la pandemia. No solamente se trataría de un incremento propiciado como consecuencia del mayor interés de los turistas por estos alojamientos, también por la iniciativa público-privada que regulariza pisos, apartamentos y casas al régimen de alquiler turístico.

“En el último año pusimos en marcha junto a la Xunta el programa ‘Legaliciate’ para que las viviendas de uso turístico puedan operar de forma regulada y siguiendo la normativa”, explica Dulcinea Aguín. 

El aparthotel Samil Costa ya recibe a los viajeros tras una odisea para legalizarse

Los apartamentos turísticos Samil Costa presumen de letrero desde hace pocos días y ya reciben a los viajeros tras años de una auténtica odisea legal para su legalización y regulación. El complejo, ubicado en el número 61 había conseguido licencia de construcción en 1994 para un aparthotel, pero una sentencia de 2002 del Tribunal Supremo anuló el permiso y abría la puerta a su demolición. Los propietarios llevaron a cabo una intensa carrera para intentar legalizar los apartamentos, constituyendo la sociedad Samil Costa S.L. para la explotación con fines turísticos, posición defendida por el Concello como única posible para salvarlos del derribo. 

Tras aprobarse el Plan General de 2008, el gobierno local concedió una nueva licencia, en diciembre de 2012, autorizando la legalización siempre que se adaptara el bloque la actividad de establecimiento terciario-hotelero, los denominados “apartamentos turísticos de dos llaves”.  Más tarde, en 2014, la administración local emitió en septiembre una resolución a través de la Gerencia de Urbanismo ordenando el cese del uso del edificio en tanto no se hubieran realizado las obras de adaptación a su función de apartamentos de veraneo y finalmente en 2018 se concedió la correspondiente licencia de primera ocupación. 

El inmueble, perteneciente a un conjunto de tres bloques, conjuga los usos residenciales con la oferta de apartamentos turísticos. La parte destinada a hospedar a los viajeros es la que se encuentra orientada hacia la fachada, con vista directa al mar al encontrarse a escasos metros del popular arenal de Samil.  

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