La villa romana de Toralla revivió ayer, entre la tarde y la noche, con la reactivación de las visitas guiadas veraniegas, que explican a vigueses y visitantes la trascendencia histórica de los restos arqueológicos. Cada jueves, la didáctica y museística instalación recibirá a las personas que así lo deseen, sin necesidad de cita previa, para aprender y para disfrutar de las recreaciones teatralizadas del grupo Miramvicus, que tiene su razón de ser en dar valor a la finca Mirambell.
La fórmula, que se ha demostrado de éxito, es la misma que en anteriores años. De entrada, tras una florida recepción, los visitantes recibirán las nociones históricas precisas por parte de técnicos arqueológicos. Sobre el terreno, se hace mucho más sencillo explicar, por ejemplo, el ingenioso mecanismo acuático con el que las termas se proveían de agua caliente.
El siguiente paso es adentrarse en el centro de interpretación, donde de nuevo se reciben didácticas explicaciones sobre todo lo expuesto. Incluido, el cuerpo encontrado en esa misma demarcación, que contaba con una parte de necrópolis.
Con el cerebro ya empapado de historia, los visitantes tienen la fortuna de aprender también por los ojos. La teatralización se basa en escenas de la época, como luchas de gladiadores, bodas y otras celebraciones, además de mostrar aspectos del día a día de los habitantes de la zona en época romana.
Ayer fue el primer jueves de representaciones, que serán dos (20:00 y 21:00 horas) cada cuarto día de la semana durante el mes de agosto. La única variación se produce con la celebración de la Noite Branca, el próximo 18 de agosto viernes. Con tal motivo, no sólo se mueven de día las representaciones, sino que se doblan, pasando de dos a cuatro para cubrir toda la noche. Más trabajo para los esforzados componentes de Miranvicus, que ya iniciaron su verano.
