Cuatro millones de personas sufren algún trastorno de sueño crónico o grave en España. Muchos de ellos no están diagnósticados porque no dan importancia al hecho de dormir mal y no acuden a la consulta especializada para poder tratarse. No hacerlo puede tener consecuencias importantes sobre la salud y además nos impide rendir adecuadamente durante el día. Esto afirma el médico especialista en trastornos del sueño, Raúl Pérez, responsable del área médica de Esteve Teijin.
Esta empresa aplica terapias respiratorias domiciliarias para pacientes de Cataluña, Aragón, Navarra, Castilla y León y en Galicia, en concreto en las áreas sanitarias de Vigo, Pontevedra y Santiago, donde mantienen un contrato con el Sergas. Son sobre todo dispositivos para la apnea de sueño conocidos como CPAP (es un dispositivo de presión positiva continua por vía nasal y a veces oronasal que emite un flujo de aire y que abre las vías respiratorias).
Atienden a unos 20.000 pacientes gallegos, de los que cerca de 10.000 son del área de Vigo, y según el doctor Raúl Pérez su adherencia al tratamiento es de las más altas de España. Si la media de cumplimiento del tratamiento está entre el 70% o el 80% en España, en Galicia llega hasta el 94%, con lo que se muestra muy satisfecho.
Cumplir el tratamiento supone mantener el dispositivo colocado durante al menos cuatro horas por noche de media. Pacientes que dejaban de respirar muchas veces por la noche, con un descenso en la saturación de oxígeno en sangre y despertares frecuentes, pasan a dormir bien y a rendir durante el día.
Del insomnio, asegura que es el trastorno más frecuente.Reconoce que aumentó en pandemia y que es uno de los síntomas del covid persistente. Pacientes que dormían bien antes de contagiarse han pasado tener despertares nocturnos, pesadillas y otros problemas.
“Es un error llegar del trabajo, cenar y dormirse en el sofá”
En los 31 años que lleva en la consulta de terapias respiratorias, el doctor Raúl Pérez se ha encontrado cientos de veces con un mismo relato entre sus pacientes. El de una persona que llega a su casa de trabajar, cena y se tumba en el sofá a ver la televisión, pero se queda dormido y cuando se despierta a las cuatro de la madrugada para meterse finalmente en cama ya ha dormido mal ese primer tramo, con ruido, con luz y de forma incómoda, y además ha interrumpido el sueño. Asegura que es un costumbre muy extendida y muy difícil de erradicar.
El experto recuerda las medidas básicas de higiene del sueño que se deben aplicar, como elegir siempre el mismo horario, dormir las 8 horas de media recomendadas, no hacer ejhercicio antes de dormir, abolir el uso de pantallas de móviles, tablet o incluso la tele un par de horas antes de dormir, evitar cenas copiosas, y un buen ambiente en la habitación sin ruido, ni luz y con una temperatura agradable de unos 20 o 21 grados.
Dormir poco y mal aumenta un 20% la mortalidad
No dormir lo suficiente ni con la calidad requerida de manera crónica puede incrementar hasta un 20% la mortalidad y en la mitad de los casos puede derivar en trastornos mentales, según informaron estos días la Sociedad Española del Sueño y la Sociedad de Patología Dual.
Un 30 % de la población mundial afirma dormir menos de 6 horas y esto, a largo plazo, "genera una serie de déficits y enfermedades crónicas que pueden generar un grave impacto en la calidad de vida de las personas", recordaron con motivo del Día Mundial del Sueño que se celebra mañana. En España, según datos de la Sociedad Española de Neurología, más de un 10 % de la población (más de 4 millones de personas) padece algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave y un 30 % (es decir, más de 12 millones) se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador o finalizan el día muy cansado.
