Vigo

Vigo registra incluso más demanda de alquiler para su escasa oferta

En Vigo hay 475 viviendas de uso turístico que suman 1.826 plazas.
photo_camera En Vigo hay 475 viviendas de uso turístico que suman 1.826 plazas.
El mercado no ofrece más viviendas y los precios no bajaron tras el confinamiento pese a las expectativas. Los pisos turísticos tampoco se resienten: 68% de ocupación.

  La pandemia de la Covid-19 ha dejado huella en todos los sectores económicos y uno de sus efectos más peculiares se encuentra en las secuelas que, de acuerdo con las agencias inmobiliarias, ha experimentado el mercado de los pisos de alquiler: un profundo estancamiento. Diversos expertos del sector en la ciudad de Vigo explican que, tanto antes como después del confinamiento la situación es similar, esto es, una alta demanda –incluso más que antes del estado de alarma en algunos casos– para una oferta cada vez más escasa. Pablo González, director del departamento de alquileres de Engels & Völkers, confirma que "las expectativas de que los precios iban a bajar no se cumplieron". 
Así, de acuerdo con las agencias inmobiliarias, el precio medio del metro cuadrado de alquiler en Vigo se mueve alrededor de los 9 euros al mes, por lo que no es extraño encontrarse pisos de dos habitaciones con plaza de garaje que lleguen a los 800 euros mensuales en el centro de la ciudad, aunque el coste medio de las viviendas más demandadas (dos y tres habitaciones) se sitúa sobre 600 euros al mes.
Estos datos se ven respaldados por el último informe del portal inmobiliario Fotocasa, que sitúa el precio mensual del metro cuadrado de vivienda en alquiler en Vigo en junio en 8,42 euros, con lo que habría subido hasta un 3 por ciento en el último trimestre y sería un 7% más caro que hace un año. Con estos números, la ciudad se sitúa ligeramente por debajo de la media estatal (10,82) pero por encima de la gallega (7,09 euros/m2). 
Aunque las inmobiliarias hablan de precios estancados por lo general, sí que notan un aumento en la demanda de las casas de alquiler tras el confinamiento, quizás por el miedo a sufrir una nueva cuarentena. Los buscadores de pisos también tienen nuevas prioridades, como poder disponer de terraza, aunque la baja oferta en la ciudad hace que sea muy difícil satisfacer todas estas peticiones.
Las expectativas del sector en el corto plazo no son muy optimistas: como mucho, esperan que la demanda se mantenga, continuando con la desproporción en relación con la oferta. Pero en el próximo mes, gran parte de las agencias aguardan la llegada de los universitarios, para los que, por el momento, esperan tener muchos menos pisos disponibles que el año pasado, con lo cual los precios podrían subir si, en efecto, se produce este gran movimiento por parte de los estudiantes.
Pablo González, de Engels & Völkers, apunta a un culpable del estancamiento del mercado de alquiler: las medidas del Gobierno, sobre todo, durante el confinamiento. "Sus políticas no han ayudado a que aumente la oferta, más bien al contrario. Han protegido más a los inquilinos, lo cual está muy bien, pero si no compensan en protección al propietario, la oferta no aumenta porque priorizan la venta", explica. "Los pequeños propietarios con un piso en inversión no se animan a alquilarlo por medidas como la prohibición de los desahucios durante el confinamiento".

La vivienda turística apenas se resiente con la ocupación al 68%

 Las viviendas de uso turístico registraron el pasado mes de julio un índice de ocupación del 68% con un porcentaje muy desigual en función de los destinos. Así, mientras algunas zonas de la comunidad –destacando entre ellas Sanxenxo, que logró retener a sus incondicionales y atraer nuevos residentes– rozaron el 80%, la ocupación en las grandes urbes como Vigo, A Coruña o Pontevedra se resintió de forma evidente con respecto al año pasado. El índice de ocupación es apenas un 3% más bajo que en 2019, cuando en julio las viviendas registraron un 71% de ocupación. Aviturga (la asociación de viviendas turísticas de Galicia) lo atribuye al escaso movimiento registrado durante la primera quincena del mes, cuando el país todavía se encontraba en pleno proceso de desescalada.
Los alojamientos preferidos por los visitantes, que principalmente llegaron desde Asturias, País Vasco y Castilla y León, además de la propia Galicia, fueron las viviendas unifamiliares, en especial aquellas con piscina u otras prestaciones de ocio. La estancia media de los viajeros no superó los 3 días en los destinos turísticos tradicionales, mientras que se alargó a 7 en los más aislados.

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