Aglutina el 53% de trabajadores y siete de cada diez euros de exportaciones del sector en Galicia, donde totaliza 3.777 empresas y 66.684 empleados, que lo convierten en un pilar económico. Necesita personal cualificado, al menos 2.000 trabajadores.
El sector del metal crece con fuerza y ha recuperado ya niveles anteriores a la crisis. Vigo y la provincia de Pontevedra son claves para la industria metalúrgica gallega al aglutinar al 53% del empleo y 7 de cada 10 euros de exportaciones del sector, que es el primero por su peso en el producto interior bruto gallego, el 21%.
Los datos del año pasado, que ayer presentó el secretario general de Asime (Asociación de Industriales metalúrgicos de Galicia), Enrique Mallón, no dejan lugar a dudas: el empleo creció un 3,4% hasta los 66.684 trabajadores (solo en 2018 fueron 2.192 más); la facturación aumentó un 3% hasta los 13.414 millones; y el número de empresas avanzó un 3,5% hasta las 3.777.
Para Enrique Mallón, 2018 ha sido "el año de la consolidación del crecimiento y la estabilidad", aunque advirtió que el sector "no está libre de amenazas" como el coste energético o los cambios que se avecinan en la industria de la automoción ante los nuevos vehículos o la falta de personal cualificado.
Por otro lado, subrayó la aparición de dos nuevas líneas de trabajo emergentes como son la eólica marina y los servicios industriales de mantenimiento.
En cuanto a mercados marcó tres prioritarios: Rusia, Marruecos y Alemania. Los dos primeros por tratarse de "mercados incipientes" que van a crecer mucho en los próximos años, señaló, y el último porque está inmerso en la búsqueda de servicios más baratos y de calidad que ofertan las empresas gallegas,
En lo que va de 2019, Asime está apreciando un crecimiento similar al del año anterior con las incertidumbres del Brexit y la ralentización económica, pero Enrique Mallón señaló que las empresas han hecho un buen trabajo de internacionalización y puede alcanzar los 70.000 trabajadores este ejercicio.
El secretario general de Asime presentó las cifras de las grandes áreas de actividad del sector, entre las que destacan la automoción, metalmecánica y transporte, con una facturación de 8.572 millones de euros, y un aumento del 10% en el número de empleos.
La construcción naval, marítima y energías marinas cerraron 2018 con una facturación de 1.325 millones de euros y unos 12.000 trabajadores. En cualquier caso, aunque los astilleros gallegos lograron 15 nuevos contratos y tenían 27 pedidos en cartera, la industria naval todavía no está al cien por cien de su capacidad. Por otra parte, la construcción de estructuras metálicas aumentó un 2% su facturación el año pasado, y alcanzó casi los mil millones de euros, impulsada en gran medida por el notable aumento en la licitación de obra pública.
Finalmente, en lo que respecta a la aeronáutica y la industria aeroespacial, el 2018 fue un "año plano", según Enrique Mallón, ya que apenas se han producido cambios: la facturación se situó en unos 130 millones de euros y el número de trabajadores se ha mantenido. n
