El artista canadiense salió por fin al escenario vigués. La ovación del público, que prácticamente llenó el campo de fútbol de As Travesas, resonó nada más poner un pie en las tablas. Con una puesta en escena espectacular, los asistentes al concierto experimentaron la sensación de estar en uno de los grandes, con una fiesta por todo lo alto.
Totalmente entregado, fue testigo de un recital con momento íntimos, pero también con mucho rock. Con la euforia a flor de piel se despidió con “Shine a light”- “All for love”, coreado por el respetable, tras un bis iniciado por el tema que da nombre a la gira, “So happy it hurts” y con clásicos como “Run to you” o “Can´t take may eyes”.
Atrás quedó un concierto de casi dos horas, que siguió el mismo esquema que los anteriores de su gira, pero que no decepcionó a nadie. Comenzó con “Kiss ass”, “Can´t stop this thing we started” y la aplaudida “Sombody”. Al finalizarla cogió su guitarra y se dirigió en castellano “hola Vigo, me llamo Bryan, estoy tocando por la noche” “por fin aquí, parece increíble” (en inglés).
A lo largo de toda la actuación hubo mucha guitarra, mucho sonido de banda, pero también hubo tiempo para deleitarse con acústicos como “Here I am” o “When you´re gone”.
Nadie recordó el aplazamiento de última hora, que por motivos técnicos obligó a retrasar el concierto del canadiense cinco días. Así, el inicio de la gira dejó de ser en Vigo para celebrarse en Mallorca. Sin embargo, el equipo de Adams grabó todo el concierto, por lo que no se descarta que aún pueda ser la imagen de la gira española de “So happy it hurts”, la platea bien lo merece.
Con la actuación de ayer se recupera un espacio para conciertos, que tal y como dijo Abel Caballero, habrá más. El alcalde acudió ayer a dar la bienvenida al artista: “Los mejores conciertos son en Vigo”.
Emotivo encuentro previo con sus fans más incondicionales
El artista canadiense dio una alegría a dos fans incondicionales. Quiso agradecerles su apoyo a una seguidora que viajó desde Japón para asistir al concierto de Vigo y tras su aplazamiento, decidió prolongar su estancia en la ciudad para no renunciar a ver a su ídolo. Álvaro, el pequeño de 7 años, que lleva desde los 4 bailando las canciones de Bryan Adams, tuvo el mejor regalo que podía imaginar por su cumpleaños. Le pidió a sus padres una entrada para la actuación en As Travesas y tras confesar que se había arrancado un cartel de la gira, pudo pasar unos minutos con el cantante.
Los incondicionales agotaron en poco tiempo las entradas VIP y las del Front Stage, en primera línea. Disfrutaron a pocos metros del escenario. Le trasladaron su cariño con mensajes y fueron correspondidos por la entrega de toda la banda en un concierto que mantuvo su potencia hasta el final.
