EL FENÓMENO DE LA DIVERSIDAD

Las peticiones de cambio de identidad de jóvenes trans se multiplican en Vigo

Pena asegura que hay mayor diversidad fuera del esquema binario.
photo_camera Pena asegura que hay mayor diversidad fuera del esquema binario.
La mayoría de solicitudes de rectificación de nombre o sexo que llegan al Registro Civil son de adolescentes, mientras que las de niños menores de 10 años son ya tantas como las de adultos: se pasó de tres o cuatro peticiones al año a dos o tres a la semana. Médicos y psicólogos afrontan más consultas de transexualidad

A la espera de la denominada “Ley Trans”, la diversidad de género comienza a abrirse paso en Vigo no solo a escala social sino también administrativa. Prueba de ello son las solicitudes de jóvenes transexuales que recibe el Registro Civil para rectificación de nombre o sexo. Mientras hace un par de años, eran casi excepcionales los casos que llegaban al juzgado, en la actualidad son cada vez más frecuentes. De hecho, la estimación realizada desde la oficina judicial apunta a que se ha pasado de una  media de peticiones de entre tres y cuatro al año, el 99% de personas adultas, a dos o tres cada semana, mayoritariamente de adolescentes de entre los 13 y los 17 años.  De hecho,  los trámites iniciados por niños y niñas de menos de 12 años para contar  con un nombre acorde a su identidad de género son casi tantas como las que  llegan de hombres y mujeres mayores de edad. 

Los  cambios normativos introducidos en los últimos años  han permitido, entre otras cosas, extender parte del proceso iniciado por aquella parte de la población que no se siente identificada con el género que se les asigna  en función del sexo con el que nacen. 

Uno de los pasos más importantes fue la eliminación por parte de la Organización Mundial de la Salud de la transexualidad como un trastorno mental, lo que acabó con el concepto de  disforia de género cuyo diagnóstico obligatorio todavía aparece en la ley que sigue en vigor en la actualidad, la de 2007, y que regula la rectificación registral del sexo que conlleva también la del nombre. No obstante, en 2018, un reglamento de la Dirección General de Registros rectificó en parte  esa normativa permitiendo atender todas las solicitudes de cambio de nombre de un mayor o menor de edad para la asignación de uno correspondiente al sexo diferente  del resultante de la inscripción del nacimiento, con tal del que ante el encargado del Registro Civil, el solicitante declare que se siente del sexo correspondiente al nombre solicitado. 

La norma incluye a los menores de edad cuya solicitud debe ser cursada por los padres, sin que se les exija ningún requisito médico, y solo, en caso de los menores de 12, el ser escuchado por los jueces. En esa línea una sentencia del Constitucional posterior del 2019 abría además la puerta a una reasignación del sexo en menores de 18 años cuando  estén en “situación estable de transexualidad” , algo que deja en manos de los jueces del Registro Civil esta posibilidad.

En Vigo, las peticiones para cambios registrales de nombre son las más frecuentes, incluso de niños de cinco o seis años. El trámite se resuelve con una comparecencia en la que se certifica de forma razonada dichas pretensiones y al que se añade el empadronamiento.

Pero el incremento de casos relativos a la diversidad de género no solo se ha notado en el ámbito administrativo, sino también en las consultas de profesionales. Expertos confirman el aumento de  consultas de adolescentes y jóvenes que requieren acompañamiento psicológico y médico  en procesos relacionados con la  identidad de género.

EDUARDO PENA, JEFE DE ENDOCRINOLOGÍA DEL CHUVI

Pena asegura que hay mayor diversidad fuera del esquema binario.

“TUVIMOS QUE  FORMARNOS PARA UN TEMA QUE ERA DESCONOCIDO”

Como endocrino, Eduardo Pena asegura que hasta no hace mucho las consultas sobre personas transgénero eran casi inexistentes pero ahora “es rara la semana que no veo un par de casos”. Cree que “como la tolerancia social es mayor hay más gente que se atreve a dar el paso” aunque también alerta de que “existe el riesgo de que haya un efecto llamada, de personas que estén confundidas, y es a nosotros a los que nos corresponde aclarar la situación”. Para ello, asegura “hemos tenido que estudiar y coger experiencia porque era algo desconocido”. Respecto al proceso médico, “intentamos ir sobre seguro”, cuando son muy jóvenes o no lo “tenemos muy claro pedimos siempre apoyo psicológico” y primero bloqueamos la pubertad antes de iniciar  con hormonas cruzadas. Añade que el proceso es lento “hay que dar tiempo a lo que la naturaleza ha hecho durante años” y admite que “estamos acostumbrados a un esquema binario hombre-mujer pero hay quien no se siente ni uno ni con otro o mezcla de ambos”.  

INMA ARAÚJO, PSICÓLOGA DE ALBORADA

Inma Araújo sostiene que el cambio debe hacerse con naturalidad.

"ES IMPORTANTE  ACOMPAÑARLOS Y DARLES  SU TIEMPO"

 

Su trabajo en el programa de adolescentes de Alborada le ha permitido trabajar con menores que requieren orientación en su identidad de género. De hecho, Inma Araújo señala que “ha habido un incremento de casos derivados del servicio de menores para trabajar con chicos y chicas transexuales que están en el proceso de cambio, algo que hasta hace un par de años era algo excepcional”.   Afirma que “los más jovencitos que han empezado el proceso muy pronto pueden presentar angustia o ansiedad”. A su juicio, lo importante es acompañar al niño o niña  y darles tiempo, "porque realmente no hay prisa. En el momento en el que tu hijo te dice que se siente de otra forma, ya le debes creer porque para ese niño lo es en ese momento. Si que es cierto que a veces las familias muestran cierta premura por iniciar el proceso de cambio con la lícita y comprensible idea de evitar sufrimiento, pero lo mejor es llevar el cambio con naturalidad, depende de cómo lo gestionen la aceptación externa será mayor o menor".

SOLEDAD FERNÁNDEZ, PRESIDENTA CHRYSALLIS GALICIA

Soledad Fernández aboga por avanzar en la educación.

“ESTA REALIDAD EXISTIÓ SIEMPRE PERO AHORA ES MÁS VISIBLE”

 

Madre de una joven trans, presidenta de la Asociación de Familias de Menores Trans de Galicia y vicepresidenta a nivel nacional, Soledad conoce muy bien la realidad que vive la infancia transgénero. Afirma que “detectamos que sigue habiendo rechazo por el desconocimiento que hay sobre la identidad”. A su juicio “esta realidad ha existido siempre pero no había información. Hemos avanzado socialmente y eso ha hecho no que haya más casos sino que sean más visibles”. Coincide en que “no todos los niños y niñas se dan cuenta ni lo dan a conocer al mismo tiempo”. En su caso, con su hija “no me supuso un conflicto, ya lo sabía y la dejé ser” e incide en que todavía “hay muchos prejuicios y estereotipos sexuales" sobre las etiquetas de hombre y mujer. “La sociedad sigue confundiendo identidad con orientación sexual y lo cierto es que cada uno tiene su propia realidad. De ahí la importancia de la educación".

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