El homenaje pendiente al concejal más longevo en la historia local, todavía pendiente cuando se cumple el décimo aniversario de su fallecimiento. Fue viguista, promotor del deporte local, de Peinador y del zoo

Vigo, diez años después de Leri

Antonio Nieto Figueroa “Leri”
Hace diez años, el 13 de agosto de 2003, fallecía en Vigo a los 74 años Antonio Nieto Figueroa “Leri”, quien todavía ostenta el récord de permanencia en la Corporación, durante casi 30 años consecutivos.
Fueron cerca de 29. Ocupó espacio en el salón de plenos y el ayuntamiento desde principios de los setenta, cuando fue elegido edil por el llamado “tercio familiar”, en unos comicios locales en los estertores del franquismo, hasta 1999. Su trayectoria política es bien conocida: independiente, luego socialista y finalmente en las filas de la candidatura de Manuel Soto en 1999, donde se quedó a las puertas de renovar su acta. Lo fue casi todo menos alcalde, pese a que lo intentó y en 1983 se presentó con una candidatura propia denominada Vigo (Vigueses Independientes Gobernantes) con la que obtuvo tres representantes. Fue lo más cerca que estuvo de conseguir su objetivo principal. El otro, que Vigo fuera capital de provincia, lo animó toda su vida con una bandera colocada en el salón de plenos. “Leri” fue todo eso y además representante de grasas y lubricantes, que anunciaba en una destartalada furgoneta con su nombre, y el fundador de Campeonatos de Playa, una organización que en sus días de gloria aglutinó a miles de personas que podían practicar un deporte, fútbol. A principios de los noventa, el sistema comenzaba a dar síntomas de agotamiento y aceptó desprenderse de sus campos sobre la arena para ampliar O Vao. De esta forma, la costa ganó 70.000 metros cuadrados. Suya fue la iniciativa para impulsar el zoo con la construcción del edificio principal y de reformar Balaídos. La única obra de importancia en los últimos 30 años se hizo gracias a su impulso. Y todavía más: el primer sistema ILS de Peinador que permitió la llegada de reactores fue gracias a él.

Sobre Leri se puede escribir un libro y el Concello había previsto conmemorar este año los diez años de su fallecimiento con un homenaje que finalmente se ha quedado encima de la mesa. El propio Leri había dicho mil veces que no quería ningún tributo tras fallecer y que si merecía alguno, en vida. Lo logró con el reconocimiento de la ciudad que tanto amó y donde vivió toda su vida, desde su nacimiento en O Berbés, barrio que llamaba, no sin razón, como “la capital de Vigo”.

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