El domingo de Pascua de Resurrección se celebra en Vigo con una dulce tradición: el regalo de monas y roscones, que los padrinos y madrinas entregan a sus ahijados.
Las roscas o roscones, también en su versión trenza, fueron los productos de bollería más demandados en las panaderías y pastelerías de la ciudad, con unos precios que se situaban en una media de 18 euros el kilo. “Los estamos vendiendo desde el viernes”, confirmaba ayer Ana Carballo, responsable de La Madrileña, con despacho en la calle Rosalía de Castro. Es una tradición que no se pierde y que, sin embargo, ha bajado en ventas. “Salieron más roscones en Reyes que ahora en Pascua. La gente se va fuera de vacaciones y eso se nota”, añadía, una apreciación que también compartían en la panadería PanDemonium.
Muchas personas que se acercaron a estos establecimientos no lo hacían solo para agasajar a sus ahijados, un deber sobre el que, por otra parte, no se ponen de acuerdo sobre hasta cuándo se debe cumplir con él, aunque la tradición diga que las monas se entregan hasta que hayan hecho la Primera Comunión y los roscones hasta que se casen. “Lo llevamos todos los años para tomar nosotros en casa. Mis ahijados son mayores y están fuera, pero si vienen por Vigo se lo sigo regalando”, comentaba Floriano Bouzas, vecino de la zona.
También la parroquia del Sagrado Corazón, en Rosalía de Castro, procedió ayer a repartir entre sus feligreses porciones de roscón. “Es una forma de compartir la alegría de la Pascua”, explicaba su párroco, Suso Carracedo, quien destacaba la gran afluencia de feligreses en la Vigilia Pascual celebrada la noche anterior, donde también entregaron este dulce. “Mucha gente mayor no pudo venir, por eso les reservamos estos roscones para hoy”, explicó.
