Vida Digna reabre su comedor después de Semana Santa

El comedor de Vida Digna daba alimento a 600 personas cada fin de semana.
photo_camera El comedor de Vida Digna daba alimento a 600 personas cada fin de semana.
Cerrado desde noviembre del 2022, la ONG pedirá un préstamo para financiar la reforma y hacer frente a los gastos tras no poder recibir una dotación extra por parte del concello 

La ONG Vida Digna reabrirá después de la celebración de la Semana Santa su comedor social, tras acometer una pequeña reforma. Así lo confirmó ayer su responsable, Ricardo Misa, que lamentó no poder recibir más dotación por parte del concello en su convenio porque “legalmente no pueden hacerlo. Hemos tenido una reunión donde se puso sobre la mesa aumentar la cuantía, pero no pueden alterar el presupuesto fijado”. A pesar de ese revés, Misa aseguró que “para después de Semana Santa abriremos el comedor. Es algo imprescindible porque muchas familias nos lo están pidiendo”. 

Para poder abrir, la asociación decidió “pedir un préstamo y endeudarnos, a la espera de alguna donación privada o de algún particular”. Una apuesta arriesgada para los que forman Vida Digna pero “lo que queremos y necesitamos es abrir. Llevamos desde noviembre del año pasado cerrados y no podemos seguir así. Algunos le estamos enviando la comida a casa”. 

Reabrir en Semana Santa fue para Misa “una idea que se tomó tras la reunión con el Concello, a pesar de la falta de financiación”. Sin embargo, a pesar de la negativa “estamos muy agradecidos al ayuntamiento. Firmamos el convenio hasta finales del 2024 y tenemos la promesa de que aumentarán la cuantía con respecto al IPC” para próximos años. El futuro del comedor tras la finalización del convenio, no obstante, no está asegurado a partir de 2024 aunque Misa señaló que “ya se verá cómo hacemos. Seguimos adelante porque esta es una situación temporal, y cuando consigamos ayudas privadas todo irá mucho mejor”.

El comedor social daba de comer a 600 personas durante los fines de semana en las instalaciones de un viejo restaurante en Teis. Debido a la crisis energética, los gastos se dispararon en el alquiler del local, el coste de los tupper y otros consumibles necesarios para el reparto de comida. Todo ello sumado a las pequeñas reformas del comedor.

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