La playa de Samil vivió el primer fin de semana de gran afluencia del verano, con temperaturas que ayer alcanzaron los 30,5 grados. El arenal vigués recuperó un aspecto más parecido al habitual en esta época, aunque todavía no alcanza los niveles de ocupación de años anteriores.
"Noto menos gente que otros veranos, no sé si es por miedo o porque aún no llegaron muchos turistas a la ciudad", señaló Rita, una viguesa que siempre aprovecha los días soleados para acercarse a esta playa. La menor afluencia de bañistas en Samil se podía comprobar ya a la hora de buscar aparcamiento, con numerosos huecos libres, algo impensable en años anteriores.
Por su parte, José y Ana, otros vigueses habituales de este arenal, afirmaron que "hay muchas menos aglomeraciones que el verano pasado, también notamos la playa más limpia, pero para ser domingo, con el tiempo que hace diría que no hay mucha gente".
Las distancias de seguridad, necesarias para hacer frente a la pandemia del coronavirus, se mantuvieron en un arenal completamente parcelado, mediante un sistema que por lo general ha sido bien recibido por los bañistas. Rita aseguró que "me parecen muy bien las cintas, la gente en general las respeta, aunque de vez en cuando nos preguntan por ellas las personas que no son de aquí, debería estar todo más señalizado".
José y Ana señalaron que en muchas ocasiones la arena cubre las cintas y los bañistas no las ven. "Las estuvimos limpiando nosotros un poco, mucha gente no se daba cuenta de que estaban puestas y no sabían por donde entrar a las parcelas", indicaron.
Gabriel se acercó ayer a Samil desde la villa portuguesa de Monçao, y es una de las personas que no esperaba ver este arenal dividido en parcelas. "Ya conocía esta playa al haber venido otros veranos y me ha sorprendido verla así dividida, aunque me parece bien, la gente parece que está cumpliendo", aseguró.
Además del regreso de muchos bañistas ourensanos, tras la reapertura de la frontera con Portugal el pasado día 1 de julio, los turistas lusos decidieron volver a acercarse hasta los arenales vigueses.
Vítor y su familia vinieron desde la localidad de Chaves. "Echamos de menos poder venir los últimos meses", afirmó. Como muchos otros visitantes, Vítor optó por comer en las mesas del pinar que el alcalde Abel Caballero planteó retirar, aunque por ahora se mantienen. "Comer de pícnic es una de las razones por las que nos gusta venir a esta playa", aseguró.
José y Ana, de Vigo
"Hay menos aglomeraciones que el verano pasado"
Gabriel, de Monçao
"El agua en esta playa es mucho mejor que en las de Portugal"
Rita, de Vigo
"Me parecen muy bien las cintas, la gente en general las respeta"
Vítor y su familia, de Chaves
"Echamos de menos poder venir durante los últimos meses"