Los usuarios de Monbus, contra el deficitario servicio entre Vigo y Ourense

Los retrasos diarios pueden llegar a ser de hasta media hora.
photo_camera Los retrasos diarios pueden llegar a ser de hasta media hora.
Una plataforma ciudadana se rebela y recoge firmas por la venta de más billetes que plazas en la línea entre Vigo y Ourense

Monbus no llega a todas las paradas estipuladas que tiene y en las que cumple, las cubre de forma deficiente, con retrasos y sin condiciones de seguridad. Así lo considera la plataforma ciudadana “Revolución Monbus”, que se encuentra recopilando firmas para hacer frente a las carencias de este servicio de transporte, en especial en la relación de Ourense con Vigo. Por el momento llevan 40 y piden que se repongan de inmediato los servicios que había antes de 2020, dado que los actuales son “lamentables”.

De hecho, uno de los principales problemas surge en la línea Vigo-Ourense, una de las de mayor demanda. Antes de la pandemia, existían diferentes vehículos para trasladar a estudiantes que se desplazaban desde Ourense a la UVigo, otro para funcionarios y otro para ir a los hospitales. Desde la crisis del covid, los servicios se  unificaron en uno que no llega a todas partes. “El mismo bus tiene que hacer todo el recorrido y le añadieron una parada más en un colegio de Vigo”, señalan. Esto provoca deficiencias: a la universidad ya no va.  Desembarcan a profesores y estudiantes en la plaza de España “y los hacen coger taxis hasta el campus”.  Por otra parte, algunas de las paradas que estaban estipuladas antes -en áreas rurales- también fueron eliminadas, tal y como constatan los pasajeros. La explicación que les ofrecen cuando llaman es que “faltan chóferes”. 

Sin plazas

Además de la reducción de plazas, en ocasiones los pasajeros habituales no pudieron viajar porque se habían vendido más sitios de los disponibles, según constatan. Hay viajeros que disponen de un bono -por 45 euros obtienen viajes ilimitados entre dos destinos- para los que, supuestamente, hay una serie de plazas reservadas. Sin embargo, algunos de sus asientos se venden a los que compran el billete diario y los del bono -que ya lo tienen pagado de antes- se quedan sin ellos, explican. Hasta en dos ocasiones se produjeron peleas, en las que tuvo que mediar la Policía Nacional, por tratar de ver quién subía al bus. 

Los usuarios de este servicio apuntan que “hay retrasos diarios  y los horarios de llegada se incumplen sistemáticamente”. Para ellos, la situación se traduce en llegar tarde a clase, a trabajar o verse en la obligación de salir antes de sus puestos para adaptarse a los horarios. “En total, la suma de los retrasos de una semana es de cinco horas”.

Gran peligro

La plataforma “Revolución Monbus” ha podido constatar, con imágenes que lo demuestran, cómo en ocasiones los chóferes conducen cometiendo exceso de velocidad. Estos usuarios afirman que pasan miedo en esos momentos y que esto ocurre “porque es la única forma de que los conductores  lleguen al siguiente destino”. A esto también se suma la deficiencia de los asientos. “Pese a que es ilegal, el conductor manda en ocasiones ocupar el asiento del copiloto”, relatan.

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