Tributo en la basílica a 367 consagrados

La eucaristía se celebró en la concatedral de Santa María, donde se compartió el pan para agradecer la labor de las 56 comunidades de vida consagrada.
photo_camera La eucaristía se celebró en la concatedral de Santa María, donde se compartió el pan para agradecer la labor de las 56 comunidades de vida consagrada.
La concatedral de Santa María acogió la celebración de la Jornada de la Vida Consagrada de la Diócesis en la que agradecieron la labor de las monjas y las personas que viven en las instituciones de vida activa

La Diócesis celebró ayer en Vigo la Jornada de la Vida Consagrada con la que agradecieron la labor que desarrollan las más de 360 personas pertenecientes a las 56 comunidades consagradas de la diócesis. La misa tuvo lugar en la basílica de Santa María y estuvo presidida por el obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza.

El acto siguió el lema “Caminando juntos” para resaltar el valor sinodal en el que se enmarcó la jornada de este año, ya que la Iglesia en todo el mundo está inmersa en estos momentos en el Sínodo de los Obispos de 2023, convocado por el papa Francisco a comienzos del pasado año.

Tras la celebración, hubo un momento de adoración y reflexión, organizado por los jóvenes de la delegación de Pastoral Juvenil y Universitaria, que cada miércoles se reúnen en la Oración Joven, habitualmente en el templo del Corazón de María, pero que con ocasión de la Jornada de la Vida Consagrada, lo hicieron en la concatedral.

Con motivo de esta Jornada, el pastor de la Iglesia de Tui-Vigo también escribió una carta en la que recordó que “los consagrados están llamados a ser en la Iglesia y en el mundo expertos en comunión, testigos y artífices de aquel proyecto de comunión que constituye la cima de la historia del hombre según Dios”.

En la diócesis de Tui-Vigo viven en la actualidad 367 consagrados, 288 mujeres y 79 varones. Sin embargo, a día de hoy solo hay 39 monjas en la diócesis, que continúan realizando su labor en 6 monasterios de vida contemplativa femenina del área. En Vigo solo hay uno, el de las Salesas Reales.

El resto de los consagrados se encuentran en las 24 instituciones de vida activa femenina y 11 instituciones de vida activa masculina dedicadas a distintos servicios de enseñanza o de acción caritativa y social, 1 sociedad de vida apostólica y 2 institutos seculares.

El delegado episcopal de la vida consagrada, Alfredo García, asegura que actualmente hay “una evidente crisis de vocaciones”. Por esta razón, anima a los jóvenes a que abran la puerta a apostar por esta vida, ya que “lo importante es plantear la vida desde lo que Dios quiere de cada uno. Si es la vocación del Señor, a pesar de sus dificultades habrá una satisfacción profunda que hará que esa persona se sienta contenta de haber respondido a la llamada y se realizará como persona y como creyente”. En los últimos años, la Diócesis de Tui-Vigo contó con jóvenes consagrados procedentes de América, Asia o África. “Es una riqueza que también nos interesa como Iglesia y como sociedad, integrándolos en su espíritu la vida consagrada”, asegura García. 

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