de latinoamericanos y europeos que tras abandonar su país encontraron en Vigo su nuevo hogar
En Vigo conviven un gran abanico de nacionalidades de distintas partes del mundo. En la ciudad residen 17.226 vigueses procedentes de 137 países diferentes, según los datos del censo municipal.
Muchos de ellos abandonaron sus países en búsqueda de nuevas oportunidades laborales, mientras que otros mantienen lazos familiares con con vigueses, que influyeron en su cambio de residencia.
Las principales comunidades de extranjeros en la ciudad acostumbran a organizarse mediante asociaciones que facilitan su integración y que les ayudan a conservar su cultura en su nuevo país. Sin embargo, muchos de los inmigrantes residentes en Vigo reconocen que no les resultó complicado adaptarse a su nuevo hogar, donde recibieron una buena acogida. Algunos de ellos destacan la mayor cercanía de las personas respecto a otras ciudades más grandes.
La mayor parte de los extranjeros residentes en Vigo provienen desde latinoamérica y en especial de Venezuela, el país extranjero con más personas censadas en Vigo, con 2.015, superando incluso al número de portugueses en la ciudad, que asciende a 1.848 personas.
En el caso de países como Portugal, la proximidad explica su gran presencia en la ciudad, mientras que en los países latinoamericanos uno de los grandes factores es la presencia de numerosos emigrantes vigueses en el continente latinoamericano.
A pesar de todo, desde el Centro Portugués de Vigo aseguran que la mayor parte de sus miembros ya cuentan con la nacionalidad española, por lo que la presencia de personas de origen portugués en la ciudad podría ser más elevada de lo que reflejan los datos del censo.
También destaca el número de brasileiros, con 1.554 censados; colombianos, con 1.379; y rumanos, con 1.107 censados. En Vigo también hay 1.643 africanos, la mayoría de ellos provenientes de Senegal, país que cuenta con 675 personas censadas. Asia y Oceanía son los continentes con menor presencia en la ciudad, la mayor parte de sus inmigrantes provienen desde China, con 492 censados.
"Lo único que no me gusta de Vigo son las cuestas"
Mónica Janeiro es venezolana, hija de un vigués que emigró al país latinoamericano en 1958. Pero hace cuatro años, Mónica acompañó a su padre en el viaje de vuelta a Vigo después de que éste enfermara. "La situación del sistema de salud en Venezuelaera mala y mi padre no podía estar solo", asegura. Junto a Mónica vino también su familia. "La acogida fue muy buena, ya estamos todos muy adaptados, incluídos los niños en su colegio", afirma. Janeiro trabaja en Vigo con una asociación que da apoyo a los pensionistas venezolanos y asegura que le encanta la ciudad y que "lo único que no me gusta de Vigo son las cuestas".
"Cuando echo de menos mi país tardo 20 minutos en ir"
Rita Oliveira nació en Lisboa, pero lleva ya 22 años viviendo en Vigo. Vino a la ciudad para trabajar en el Centro Cultural Portugués Camões. Oliveira reconoce que mudarse a Galicia no es tan diferente a mudarse a cualquier otra ciudad de Portugal, además "cuando echo de menos mi país tardo veinte minutos en ir". A pesar de todo Oliveira asegura que notó muchas diferencias en la forma de ser de los gallegos respecto a los portugueses, como comer más tarde o hacer mucha vida social en la calle, "aunque son costumbres que a mi me gustan", indica. Al principio también tuvo dificultades para entender la retranca gallega pero ahora ya está acostumbrada.
"Vine por trabajoy para estar junto a mi familia"
Salif Diouf reside en Vigo desde el año 1997. Decidió emigrar por cuestiones laborales y Vigo resultó la mejor opción. "Vine por trabajo y para estar junto a mi familia, que ya estaba en la ciudad". Diouf destaca que se trata de una ciudad muy tranquila para vivir y que al contar con más senegaleses en la zona le resultó más fácil adaptarse. A día de hoy Diouf trabaja como vendedor en las ferias de Vigo y su área.
"En Vigo hay mucha más tranquilidad y más seguridad"
Patricia Albornoz y su familia abandonaron Argentina tras vivir la crisis del corralito. Su primer destino fue Porriño, donde residieron durante 8 años, pero ahora vive en Vigo. "Al principio echaba mucho de menos Argentina pero vine arropada y al cabo del tiempo me adapté muy bien", asegura. Albornoz destaca la belleza de los paisajes de Vigo y la limpieza de la ciudad. Además valora que "en Vigo hay mucha más tranquilidad y más seguridad.
"La mayor dificultad cuando llegamos fue el idioma"
Yan Fen Li llegó a España en 2001. Después de pasar un año en Barcelona llegó a Vigo, donde su hermano abrió un bazar en la zona de Balaídos en el que también trabaja ella. Reconoce que "la mayor dificultad cuando llegamos fue el idioma", sin embargo ahora ya se siente perfectamente integrada y se considera una viguesa más. "La ciudad es muy bonita y la gente es mucho más cariñosa que en las grandes ciudades", asegura.
