“As mellores historias son as que se escriben coa cabeza, pero sobre todo con corazón”. Ledicia Costas define así como concibe su oficio de escritora. De las más vendidas de la literatura gallega, comenzó como autora de literatura infantil y juvenil, logrando el Premio Nacional en este ámbito en 2017 con “Escarlatina”, llevando el mundo de los muertos a la temática infantil. Sin abandonar nunca este género, apostó por el thriller psicológico en su primera novela para adultos, “Infamia” para tocar el costumbrismo familiar con “Golpes de luz”, su segundo título en este campo. Finalmente ganó Premio Afundación con su primer poemario, “Ultraluz”. “Son bastante visceral e traballo sempre a partir dunha pulsión”. Así, la escritora de Beade desvela que para ella, “o primeiro que nace é a necesidade de escribir desde a luz ou desde a escuridade, a partir de aí constrúo tramas e personaxes; sempre teño un pano de fondo que condiciona o que vou contar”.
Forma parte de una generación de escritores vigueses, que se caracterizan por su calidad y por la variedad de sus estilos, aunque el thriller y la literatura para niños son los géneros dominantes.
Manuel Esteban comparte con Costas esa combinación de edades entre sus lectores. Compagina la escrita para adolescentes de “Setestrelos” con la novela negra de “A ira dos mansos” o “A vinganza dos homes bos”. En este último caso, reconoce que en las entregas del inspector Manso “houbo unha escolla deliverada do xénero policial. Precisaba achegarme a esa fronteira moral do ser humano no que abanean os paradigmas sobre o que é ou non é normal ou pertinente”. De su título de literatura juvenil, apunta que fue escrito en complicidad con su hijo pequeño: “É un namorado das estrelas e das galaxias, así que tampouco tiven máis opción”. Esteban acaba de sacar un nuevo libro, “O xogo de Escher”, al que califica de “peculiar”. “Non teño claro en que xénero encaixa mellor. Foi unha historia que xurdíu así, enteira, por si soa, e que non resulta doada de etiquetar”.
Domingo Villar creó escuela en el género de la novela negra, estilo que en Vigo sigue siendo dominante. En esta línea, Pedro Feijoo comenzó con versiones suaves como “Os fillos do mar” o “Os fillos do lume”. Después experimentar con otros estilos como “Morena, peligrosa e románica” o “Sin perdón”, giró hacia el thriller más angustioso con “Lume azul”, perfeccionándolo en su última obra, “Ninguén contará a verdade”.
Sin salir de las tramas de asesinatos e investigaciones, María Oruña se convirtió en una autoridad con su serie de El Puerto Escondido, protagonizados por la teniente Redondo. Son libros independientes y en cada uno rinde homenaje a los distintos tipos de literatura de misterio: “Me gusta hacer un guiño a modelos narrativos distintos y algo innovadores”, afirmó en la presentación de la quinta entrega, “El camino del fuego”, englobado en la novela doméstica, frente al título anterior, con la estructura del crimen en una habitación cerrada. En otra de sus publicaciones, “El bosque de los cuatro vientos”, envuelve la investigación en una atmósfera histórica.
Autoras como María Reimóndez cuentan con todos los géneros entre sus títulos. Su última publicación, “Furia”, recibió el premio Jules Verne de Edicións Xerais para literatura juvenil. También tiene poesía como “Galicia en bus”, ensayo, “A casa do amo” o narrativa, donde explora la ciencia ficción ("Cobiza" o “Multitudes”), la novela negra ("A dúbida") o la histórica ("Pirata"), entre otros. “Cada libro é un proxecto, unha exploración, parte de aí como un todo”, afirma la escritora, que pese a gustarle todos, señala la novela como el terreno donde se encuentra más cómoda. “É unha percepción miña máis que outra cousa, adícolle moita enerxía e atención. Amais non podo evitar sentirme intrusa entre as poetas, aínda que teña obra poética”. Reimóndez pone el foco en los aspectos formales, “o xénero é como a roupa para vestir o corpo”. Reconoce que le gusta abordar los temas más masculinizados como los históricos: “Penso que a novela romántica é o único que me queda por tratar”.
Amante de todos los palos. Así se define Francisco Castro como escritor. Entre sus últimas publicaciones toca el enfoque histórico, “Tantos anos de silencio”; el social, sobre los abusos en “A historia de Sara”; la literatura juvenil con “Ceminterio de barcos” o el ensayo en “Isto si é un home”. Asegura que en su caso, “o xénero sempre o escolle o tema; vou anotando ideas nun caderno que me acompaña dende os 17 anos, e en función das historias elixo”.
Entre los escritores vigueses afincados fuera están de actualidad Luis García Rey y Lara Serodio. Él acaba de recibir el premio Primavera con su segunda novela, “Loor”. Es una nueva entrega del equipo policial que protagonizó su obra debutante, “Axel”. En su paso por el set de Atlántico TV justificó su elección: “Soy lector de novela negra, me gustan las tramas complejas con distintos escenarios que confluyen en una misma”. En el mismo contexto, Serodio apuntó a la historia como la responsable del envoltorio. Aunque es conciente que puede perder lectores con tanta variedad, apuesta por cambiar. En cinco títulos trató la ciencia aficción, el erotismo, el drama y la literatura juvenil.
Xurxo Patiño, responsable de Librouro, señala que “o lector vigués apoia aos autores que localizan as súas historias na cidade, agradecen eses guiños e os espazos que recoñecen como familiares”. En la librería lo más demandado es novela negra y thriller, con todo Patiño recuerda el peso local en la Literatura Infantil y Juvenil. “Vigo conta con dous Premios Nacionais no xénero, Ledicia Costas e Antonio García Teijeiro”.
