El tesoro de Rande que nunca se perdió

Meirande, en Redondela, recoge lo sucedido en la batalla de 1702, donde nació la leyenda del tesoro de Rande.
photo_camera Meirande, en Redondela, recoge lo sucedido en la batalla de 1702, donde nació la leyenda del tesoro de Rande.
Ramón Patiño publicó el verdadero valor del alijo de los galeones de Rande y el destino real de la fortuna responsable de la leyenda más internacional de la Ría

“A nivel marítimo o naval, la batalla de Rande sí fue un desastre, puesto que las naves que formaban las flota, galeones mercantes y navíos de guerra, se perdieron todos o casi todos; pero  a nivel comercial, la visión es, o debe de ser diferente, porque la casi totalidad de la carga que la flota traía entró en los circuitos de distribución”. Esta es la conclusión a la que llegó el arqueólogo Ramón Patiño después de años investigando en archivos de la época. “Se calcula que la carga de la flota de 1699 (la que fue ataca en la Rande en 1702) más de 10 millones  de pesos en plata y oro, en monedas y en barras, y además del valor de la mercancía”. Una cifra, que incluso podría superar los 13 millones, según otras fuentes que nombra el estudio hecho por Henry Kamen en 1997.

En el artículo que publica en el número 27 de “Glaucopis”, el boletín del Instituto de Estudios Vigueses, “El alijo de la flota de 1699 en Rande”, Patiño se hace eco de los documentos de la Torre de Londres, donde recogieron una entrada de apenas 1.200 libras de esta carga. “La Gazette de London' dejó claro que solamente había tabaco, maderas preciosas, chocolate, incienso, pintura, loza, seda y otros géneros, que se habían retrasado en el desembarco sea porque sus propietarios fueron reacios, ya que gran parte se metía de contrabando pero de plata y oro hablan bien poco”. Por lo que la flota angloholandesa solo se llevó la victoria moral, mientras que la derrota del contingente hisponofrancés no fue tan dolorosa.

Así, el tesoro que dio lugar a la leyenda más internacional de la Ría, la de los galeones hundidos en Rande, no se corresponde con la realidad. Con todo inspiró a numerosas expediciones subacuáticas en busca del oro y la plata perdidos, creando un mito del que se hizo eco el propio Jules Verne, incluyendo los pecios en su novela “20.000 leguas de viaje submarino”.

Según los datos manejados por Patiño, se calcula que la Real Hacienda registró un entrada de siete millones de pesos, con un beneficio que superaría los once millones si se suman incautaciones. “Los mayores beneficios hasta entonces, cantidades que confirmarían la corrupción que ya sospechaban de la Casa de Contratación de Sevilla”, señala el arqueólogo vigués, que apunta a los mercaderes como los grandes perdedores de la contienda, “la monarquía no comerciaba con los productos coloniales; el denominado desastres de Vigo no acabó con el intercambio con los territorios americanos, ni ralentizó las salidas de las flotas; el Rey sacó gran provecho de una derrota militar y las flotas siguieron funcionando".

Los principales damnificados en Rande tienen nombre y apelliados: Andrés Martínez de Murguía, Miguel Vélez de Larrea y Colarte. Eran los que más mercancías traían en los galeones, parte fue confiscada por los ingleses, otras se hundió en la Ría, y otras también fue saqueada.n

Te puede interesar