En 2020 el área sanitaria de Vigo registró un total de 66 suicidios confirmados por el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga). Supone un fuerte incremento sobre el año anterior y romper con la tendencia a la baja que se remontaba a 2014, el tope hasta el momento. Hay dos notas destacadas, que aparecen en el informe anual realizado por Imelga: el total de muertes voluntarias descendió en Galicia, pero subió en Vigo en torno a un 23 por ciento, y esto se produce precisamente en el año de la pandemia.
La relación que se pueda establecer no está clara ni definida, pero los números son rotundos: en 2019 se habían confirmado 55 y un año después son once más, lo que supone superar la barrera del suicidio por semana. Otro dato llamativo: la subdelegación de A Coruña de Imelga había liderado todos los años la estadística negra. En esta ocasión Imelga registró 57 víctimas en su delegación coruñesa. La relación que pueda haber con la pandemia estaría por confirmarse, si bien el Imelga no hace mención en su informe anual. Además de las muertes por la propia mano, 2020 también añadió en Vigo cuatro homicidios, siendo la mayor cifra desde 2015 en que hubo ocho.
En cuanto a las cifras generales de Galicia, Imelga confirmó plenamente 307, lo que supone un descenso sobre 2019, con 318. El número más alto fue en 2014, con 394 y el más bajo este siglo en 2018, con 288, bajando entonces por vez primera de los 300 anuales. En 2020 de nuevo la mayoría fueron hombres, 220, el 71 por ciento, frente a 87 mujeres. La diferencia entre hombres y mujeres en el caso de suicidio no solo es en el número de víctimas de casa sexo, que es casi el triple de hombres, sino del mecanismo elegido para ejecutarlo.
De forma global, recurrieron al ahorcamiento más de la mitad de las víctimas, pero con diferencias: fueron casi el 60 por ciento de hombres y el 44,8 de las mujeres. La precipitación supone el segundo medio, más para las mujeres, el 30 por ciento de todos los casos, seguidos de envenenamiento, drogas y otros. No hay en cambio casos en mujeres de muerte por arma de fuego ni arrolladas por un tren, mientras que en Galicia hubo 12 casos de hombres que utilizaron pistola o fusil. En cuanto a las edades, la mayor cifra en la comunidad gallega se da entre los 50 y 59 años, con 77. De menores de 20 hubo dos, de 20 a 30 sumaron 12 y 24 en la treintena y 53 en los 40. Llama la atención que hubo 87 mayores de 65 años.
