La comunidad islámica de Vigo celebra desde el pasado 1 de abril el Ramadán, mes que recuerda la revelación del Corán al profeta Mahoma por parte de Alá. Se trata de un mes en el que los que profesan esta fe deben ayunar estrictamente durante todo el día y hasta que se ponga el sol –estos días, sobre las 21 horas–. Pero se trata también de un mes en el que los miembros de esta comunidad se vuelcan con los más necesitados.
Así lo explica Abdulraheem Uzairi, portavoz del Centro Cultural Islámico de Vigo. “Durante el Ramadán se hace el inventario personal de todo el año, vemos qué podemos mejorar, qué podemos corregir y qué hemos hecho bien. Pero también es un mes de generosidad en el que tratamos de ayudar a los que más lo necesitan”, apunta. Es por eso que, a través del comedor social en el que llevan operando más de una década, repartirán unos 3.000 menús durante todo el mes para las familias más vulnerables.
Además, este año la comunidad islámica de la ciudad recupera la normalidad, otro motivo de celebración para los cerca de 3.000 musulmanes afincados en Vigo. “Recuperamos el comedor social –los últimos dos años repartieron menús a domicilio– y los aforos limitados dentro de la mezquita desaparecieron”, señala Abdulraheem. Así, los fieles que acuden a la oración durante este mes pueden hacerlo sin limitaciones de tiempo o grupos. “Este ya se parece al Ramadán de 2019”, indica el portavoz de la comunidad islámica viguesa.
Esta festividad se vive, sobre todo, en familia. “A la hora de romper el ayuno lo hacemos juntos”, comenta Abdulraheem, que aprovecha para desmitificar algunas de las creencias sobre esta práctica: “No se pretende castigar el cuerspo, sino justo lo contrario. Se conocen de sobra los beneficios del ayuno para la regeneración corporal”.
