La obra de María Luisa Sanjurjo de Oza (1893-1949) ya está disponible en internet, interpretadas por el musicólogo Alejo Amoedo. La última incorporación es un pasadoble, que su hija, Margarita Pastoriza Sanjurjo, le pidió hace dos semanas que subiera a Youtube. Falleció este viernes, a los 90 años y Amoedo cumplió su compromiso.
Hace dos años, al mismo canal, subió la obra principal de la pianista viguesa, “Miña terra”, subtitulada “una gallegada para piano”, donde la compositora transcribe una muiñeira a una partitura clásica, una práctica de moda a comienzos del XX.
La pieza cumple 110 años, ya que fue estrenada en 1913, cuando la autora, con 20 años, finaliza la carrera de piano y de armonía en Madrid. “Miña terra” fue arreglada para banda por Mónico García de La Parra, director de la Banda Municipal de Vigo para su interpretación.
Tal y como recoge Carmen Losada Gallego en su tesis doctoral “Mujeres pianistas en Vigo. Del Salón aristocrático a la Edad de Plata (1857/1936). Sofía Novoa” (Santiago de Compostela, 2015), “la obra fue repetida a exigencia del público y en la prensa se le animaba a seguir componiendo”. Losada asegura que durante unos meses se siguió publicando sobre la pianista.
Según las declaraciones de su sobrina, Carmen Kruckenberg (Vigo, 1926-2015), recogidas en la investigación de Losada, “estudiaba ocho horas todos los días, por eso llegó a donde llegó”. Haciéndose eco de la prensa del momento, en la tesis concluye que la intención de Sanjurjo era continuar con su carrera como instrumentista. Sin embargo, en ese momento, las mujeres necesitaban el permiso paterno para tocar profesionalmente y no logró, Benito Sanjurjo sólo permitió a su hija “tocar en actos benéficos”. Esta puede ser una de las razones por la que el nombre esta compositora no sea conocido por el gran público y solo hayan llegado hasta hoy dos de sus obras.
Paso una temporada en París, donde se sabe que siguió formándose e impartió algún concierto. Ya fallecido su padre, de regreso a Vigo, intentó retomar los conciertos. Fue profesora de piano al menos en 1925.
Se casó con el abogado Roberto González Pastoriza, amigo de Castelao y tras el nacimiento de sus dos hijos, enfermó de miastenia. Según Losada, tenía fuertes dolores de cabeza por lo que no soportaba ruidos y perdía el equilibrio.
Aún así, se levantaba a tocar un poco cada mañana, afirmó su hija. En su tesis, Carmen Losada desvela que la última pieza que tocó fue una obra de Bach como regalo de boda para Kruckenberg, que le tuvo que tapar los oídos con una almohada para que soportase el sonido.
