Una tesis de la investigadora Carla Vázquez revela que la producción varía de forma muy notable entre distintas especies de árboles
nnn Entre los mecanismos defensivos que los pinos emplean para protegerse de plagas y patógenos se encuentra la resina, “una potente defensa química que se produce y almacena en unas estructuras anatómicas denominadas canales resiníferos”, explica la investigadora del CSIC Carla Vázquez, que analizó en su tesis de doctorado los factores que modulan la producción de estos canales en el pino marítimo (Pinus pinaster Ait). Insertada en las investigaciones del grupo de Genética y ecología de la resistencia de coníferas de la Misión Biológica de Galicia, los resultados de esta tesis revelan notables diferencias en la inversión en defensas entre las poblaciones de esta especie, lo que podría deberse a procesos de adaptación local a las condiciones climáticas. Defendida esta semana por videoconferencia, en el marco de las medidas impulsadas por la Universidad de Vigo tras la suspensión de la actividad docente presencial con el objetivo de frenar la expansión del coronavirus, Vázquez González desarrolló su tesis en el marco del Programa de Doctorado en Ecosistemas Terrestres, Usos Sostenibles e Implicaciones Ambientales.
La investigación revela que la diferenciación de los caracteres defensivos relacionados con la producción de resina, principal defensa química de los pinos, varía notablemente entre las diferentes poblaciones, depende de su capacidad de crecimiento y se muestra sensible a los cambios en el clima y en las condiciones de cada lugar, según informó el CSIC. Para el estudio, se analizaron más de 800 muestras de cerca de 300 individuos, en ensayos genéticos en campo con árboles adultas y en experimentos en el invernadero con plantas nuevas, en los que se cuantificaron cerca de 100.000 canales resiníferos. Dirigida por los investigadores de la Misión Biológica de Galicia Rafael Zas y Luis Sampedro la tesis con mención internacional “Los canales de resina como indicador retrospectivo de la inversión en defensas en una especie de pendiente mediterráneo: Variación adaptativa y respuestas plásticas” se defendió este pasado miércoles por videoconferencia, siendo la primera tesis defendida a través de este canal por una investigadora del CSIC.
Unos mecanismos defensivos poco estudiados “Los pinos, como todos los árboles, están expuestos a una diversa y abundante comunidad de insectos antagonistas, que se alimentan de sus tejidos y repercuten negativamente sobre su supervivencia y sobre la viabilidad de sus poblaciones”, destaca Vázquez. Entre los mecanismos defensivos que emplean estos árboles destaca la resina, de tal manera que la “abundancia y distribución” de los canales en las que se produce y almacena constituye, añade, “un carácter muy relevante, que determina la resistencia de los pinos frente a plagas y patógenos”. Estos canales, explica, “quedan grabados en las sortijas de crecimiento de los pinos”, de tal manera que “constituyen un registro histórico de la inmersión defensiva durante toda la vida de la planta”.n
La investigación revela que la diferenciación de los caracteres defensivos relacionados con la producción de resina, principal defensa química de los pinos, varía notablemente entre las diferentes poblaciones, depende de su capacidad de crecimiento y se muestra sensible a los cambios en el clima y en las condiciones de cada lugar, según informó el CSIC. Para el estudio, se analizaron más de 800 muestras de cerca de 300 individuos, en ensayos genéticos en campo con árboles adultas y en experimentos en el invernadero con plantas nuevas, en los que se cuantificaron cerca de 100.000 canales resiníferos. Dirigida por los investigadores de la Misión Biológica de Galicia Rafael Zas y Luis Sampedro la tesis con mención internacional “Los canales de resina como indicador retrospectivo de la inversión en defensas en una especie de pendiente mediterráneo: Variación adaptativa y respuestas plásticas” se defendió este pasado miércoles por videoconferencia, siendo la primera tesis defendida a través de este canal por una investigadora del CSIC.
Unos mecanismos defensivos poco estudiados “Los pinos, como todos los árboles, están expuestos a una diversa y abundante comunidad de insectos antagonistas, que se alimentan de sus tejidos y repercuten negativamente sobre su supervivencia y sobre la viabilidad de sus poblaciones”, destaca Vázquez. Entre los mecanismos defensivos que emplean estos árboles destaca la resina, de tal manera que la “abundancia y distribución” de los canales en las que se produce y almacena constituye, añade, “un carácter muy relevante, que determina la resistencia de los pinos frente a plagas y patógenos”. Estos canales, explica, “quedan grabados en las sortijas de crecimiento de los pinos”, de tal manera que “constituyen un registro histórico de la inmersión defensiva durante toda la vida de la planta”.n
