Episodios vigueses

La Reconquista de Vigo, pendiente de una revisión a fondo

Abel Caballero en la Reconquista.
photo_camera Abel Caballero en la Reconquista.
Siempre resultó sospechoso que los ingleses se hubieran limitado a actuar de mero transporte de prisioneros

Tampoco este año se ha llevado a cabo la pendiente revisión del “28 de marzo”, pese a que se espera que el movimiento vecinal, que se consideraría fuerza del progreso, alguna vez se acordara de los liberales que defendieron la Constitución frente a los abades pregoneros de la alianza del Trono y el Altar, tan patriotas en 1809, llamando a defender la patria ocupada, y que no se movieron cuando en 1823 volvieron los mismos franceses a reponer el absolutismo y la Inquisición. Pero esta vez no se corría el riesgo de que de la mochila de los granaderos se desprendiera una idea de la Revolución. Ni abrieron la boca cuando los defensores de la Constitución de 1812 fueron fusilados en Redondela tras la traición de Morillo.

En la página 493 del libro “La maldita guerra de España. Historia social de la Guerra de la Independencia”, monumental obra del historiador británico Ronald Fraser, calificado hispanista, se puede leer: “La noche del 27 de marzo, con Cachamuiña y dos frailes franciscanos a la cabeza, los partisanos volvieron a atacar la ciudad. Una hora después, los franceses se rendían. Al día siguiente, más de ochocientos soldados imperiales, conducidos por el comandante Chalot, se rindieron formalmente al capitán Coutts Crawford, de la fragata Venús, quien los hizo prisioneros”. Y ésta es la cuestión: siempre resultó sospechoso que los ingleses se hubieran limitado a actuar de mero transporte de prisioneros.

La versión oficial, contenida en el opúsculo “Los héroes de la Reconquista de Vigo”, publicada en 1891, señala que Chalot se rindió a Cachamuiña (ambos firmaron el acta, dice, lo que reduce el papel de Morillo en este asunto), y atribuye el comandante inglés el papel de mero testigo. Siempre me he preguntado dos cosas con ocasión de las celebraciones del 28 de marzo: ¿Por qué la historiografía esencial olvida el esencial papel del capitán Crawford y cómo es posible que el patrioterismo nacional popular siga honrado cada año la memoria de un traidor, como Morillo? Lo primero que conviene insistir es que aquella no fue una guerra patriótica en absoluto por parte de sus principales instigadores, cuyo objetivo era la defensa del trono y de la religión frente a las ideas de la Ilustración y la Revolución Francesa. El personaje de mayor relieve dramático de esta historia sigue siendo el cura de Valladares Juan Rosendo Arias Enríquez y otros dos monjes franciscanos. No se olvide que las proclamas del cura de Valladares y Troncoso que reclutaron a su gente bajo la inmediata amenaza de fusilar a todos aquellos que no se aprestasen a la lucha voluntaria. Y el objetivo era devolver el trono al rey absoluto, no otra cosa.

La llamada “Fiesta de la Reconquista”, fecha en la que antaño comenzaba el calendario político de la ciudad (En un curioso acto, el alcalde presentaba el balance de su gestión a la Asociación de Hijos de Vigo) cobra cada año mayor esplendor y relieve popular y turístico, de modo que el Ayuntamiento entrega en estas fechas la Medalla de Oro de la ciudad y nombra a los vigueses distinguidos y se repite el mismo relato sin la adecuada precisión de lo que realmente ocurrió y su significado, pasando por encima del episodio de 1823. No deja de ser una curiosa paradoja que los vigueses salgan a la calle a gritar, con su alcalde al frente “fuera los franceses” y que sea francesa su principal industria y el factor esencial de su estabilidad laboral. Todos los años lo recuerdo sin éxito: Hay que recuperar la memoria de los liberales que pagaron con su vida su defensa de la Constitución de 1812. Esos eran los progresistas. Eran ilustrados, conscientes de las trabas los lazos que impedían el desarrollo de sus derechos políticos. Abría, pues, el camino para el ejercicio de pleno de sus libertades. Los liberales lucharon por los principios que animan a todos los patriotas: defender el territorio de toda ocupación extranjera, en cambio, los “patriotas absolutistas” de 1809 no movieron un dedo en 1823 cuando, los mismos veteranos franceses volvieron a invadir su país. Esto de la Reconquista de Vigo ha dado pie en el pasado a groseras falsificaciones, como el conocido hecho de que durante años se veneraran en la concatedral las heroicas banderas de las “Alarmas del Fragoso”, hecho realmente milagroso, pues tales enseñas mal pudieron animar el fervor patriótico de los vigueses de 1809 porque fueron tejidas ene 1810.

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