"La propuesta para el Princesa de Asturias nos dio la oportunidad de llegar a más gente"

Javier Pitillas, en el set de Atlántico TV.
photo_camera Javier Pitillas, en el set de Atlántico TV.

Sargento de la Policía Local de Vigo y la cara más reconocible del proyecto Discamino, una iniciativa que permite a muchas personas con discapacidad realizar una “aventura” como es el Camino de Santiago. Javier Pitillas (Vigo, 1962) visita el set de Atlántico TV para hablar sobre los pasos llevados a cabo desde 2009 en Discamino y los próximos retos de una iniciativa con la que se le ha llegado a postular para el Premio Princesa de Asturias. 

 

 

Más de 70 Caminos desde 2009, ¿cómo valora la experiencia?

Son pocos, hay muchas más personas que quieren hacerlo, pero no se han dado cuenta de que pueden hacerlo. Es una de las grandes luchas de Discamino: que la gente se dé cuenta de que puede. Gente que ve que otros en una situación parecida a la suya lo han hecho. El poder verlo les lleva a dar el paso y acercarse a nosotros. Nos encanta poder recibirles y poder hacer realidad esos sueños porque al final son también los nuestros.

 ¿Cuántos voluntarios hay en la actualidad?

Hay un grupo de 30 a 35 pilotos que están permanentemente viniendo. Luego está la otra figura del voluntario de Discamino que es el intendente-conductor, su papel es más bien en la época de los Caminos en primavera, verano y otoño. Aparte del piloto, cuando salimos al Camino con el triciclo y el compañero con discapacidad y ser su asistente durante el tiempo del aseo, la comida y todo lo demás, hace falta que alguien lleve las furgonetas, se encargue de todo el tema de la intendencia, como comprar los víveres o preparar la comida. 

¿Cómo se preparan para andar con estos pesados vehículos?

Son un poco pesados, sí. Si una bicicleta puede pesar en torno a 13 o 14 kilos, nuestros triciclos pesan 30 o 35 y algunos hasta 45 kilos. Decimos que lo movemos entre dos, repartimos un poco ese peso. El entrenamiento es como el de cualquier persona que vaya a preparar un desempeño deportivo o aventurero como este. No puedes hacer salidas de 80 kilómetros diarios sin haberlo preparado. Estamos saliendo con cada uno de ellos un mínimo de dos veces por semana. Son sesiones de una hora, hay quien entrena incluso tres días a la semana.

Usted cuenta con historial en el atletismo, ¿eso ayuda?

El deporte estuvo siempre presente en mi familia. Sí puede ayudar un poco a la hora de afrontar un entrenamiento. Si tienes la mente preparada para ello, siempre es más sencillo. Entrenar con nuestros amigos de Discamino es mucho más fácil porque lo que recibes cuando estás con cualquiera de ellos es algo muy grande, mucho mejor recompensa que el deporte convencional.  

Gerardo es un ejemplo de estos chicos con los que trabajan en Discamino, ¿se convierten en casi una familia?

En el Camino se consolidan esos lazos, después de llevar mucho tiempo con ellos. Hemos vivido sus realidades. Cuando esa historia previa es como la de Gerardo, con una discapacidad de nacimiento, es muy especial, pero cuando esas historias previas son de una “primera vida” sin ningún tipo de discapacidad y de pronto, llega un revés… Muchos piensan que van a estar en la silla toda la vida sin poder salir de casa, no se dan cuenta de que lo que tienen que hacer es dar ese salto, ese click que hacen casi todos ellos: dejar de pensar en lo que ya no puedo hacer y pasar a pensar en lo que todavía puedo hacer. 

Se le propuso al Premio Princesa de Asturias, ¿cómo se sintió?

Es una alegría muy grande, ya no porque pienses que se han fijado en nosotros, es algo más por todo lo que podremos seguir haciendo. Esto te da la oportunidad de tener más patrocinadores, la opción de llegar a más gente, esas personas que ven que si otros pueden ellos también... Todo eso es estupendo, pero hablar de un Premio Princesa de Asturias es una quimera. Somos una cosa muy pequeñita y esos premios son para gente que tiene una repercusión mundial. No es solo que el premio va a vestir y dar prestigio al que lo recibe, sino que el que lo recibe tiene que vestir y dar prestigio al premio. Gente que haga cosas a nivel mundial como José Andrés, que da de comer a cantidad de gente en momentos catastróficos. Eso es una cosa enorme. 

Vigués Distinguido, Medalla Castelao y la Condecoración de la Orden del Mérito Civil, ¿anima a poder lograr ese Princesa de Asturias?

Eso lo que supone es que tenemos gente que nos quiere bien y que tiene el peso como para meternos en esas listas. Tenemos la suerte de tener ese respaldo, no sabemos muy bien quien es esa hada madrina que tenemos por detrás, podemos imaginarlo, pero estamos superagradecidos porque esto nos ha abierto un montón de puertas y la posibilidad de llegar a más sitios. 

En año Xacobeo, ¿cuáles son los próximos retos?

Lo más grande que se planificó por el Xacobeo lo hicimos este verano, pero hay cosas encima de la mesa para 2022, una de ellas es con Iván, el chico de Benavente. Tenemos previsto hacer el Camino de Santiago más largo señalizado desde Trondheim (Noruega), son 5.500 kilómetros, falta concretar la fecha.

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