El presunto autor del incendio en un Vitrasa alertó del fuego
Una testigo que viajaba en el autobús cuando comenzó a arder en Urzaiz declaró ayer en el juzgado que el sospechoso fue el primero en salir del vehículo tras avisar de las llamas
El Juzgado de Instrucción 1 de Vigo continúa con la investigación sobre los incendios provocados en dos autobuses de transporte urbano, uno de ellos arrasado por completo, y que mantiene al presunto responsable en prisión provisional por un delito de estragos y a su supuesta cómplice, una conductora, en libertad como investigada.
Una de las viajeras del vehículo siniestrado que cubría la línea 4A en la noche del 30 de abril prestó ayer declaración en sede judicial. Según su relato, no se percató del incendio hasta que uno de los pasajeros, que fue el primero en abandonar el autobús gritó “fuego”. La testigo aseguró que el hombre había levantado sus sospechas por los movimientos extraños que estaba realizando en los asientos traseros, donde iba sentado. Aunque no vio cómo elaboraba la pira o artefacto casero con el que se inició el fuego, tras dar la voz de alarma y salir enseguida comenzó el humo y las llamas.
Los seis ocupantes del autobús pudieron salir, junto con la conductora, también investigada, ilesos. Después de abandonar el vehículo, el viajero desconocido se marchó del lugar antes de que vinieran los efectivos. Llevaba la cara oculta, una gorra y gafas de sol.
Fueron precisamente las cámaras las que situaron al ahora principal investigado como pasajero también en el C3, que esa misma tarde había sufrido otro conato de incendio, sin que llegara a causar tantos daños, ya que el conductor pudo sofocarlo antes de que se extendiera sin remedio. De hecho, fueron las investigaciones policiales de ese primer suceso el que permitieron llegar hasta los detenidos, una trabajadora y su pareja. No obstante, quedarían dudas respecto a la indumentaria que el presunto pirómano llevaría en uno y otro autobús, según la descripción de los testigos.
La Policía vinculó directamente a una venganza laboral por el conflicto que mantienen los trabajadores con la empresa concesionaria. En un registro llevado a cabo en la vivienda que ambos compartían, los efectivos recabaron distintas prendas de ropa que coincidirían con las que el sospechoso llevaba puestas en el autobús. La investigación considera que la conductora actuó como cómplice, por la actitud recogida en las imágenes de las cámaras, en las que no hace gesto alguno a su pareja cuando le ve en el autobús, si bien ella defendió su inocencia ante el juzgado. Cuando se percató del fuego, desalojó a todos los viajeros.
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