El IPC, al alza

Los precios suben más en Vigo que en España, con carburantes y alimentos al alza

La cesta de la compra apenas notó la bajada del IVA de algunos alimentos básicos.
photo_camera La cesta de la compra apenas notó la bajada del IVA de algunos alimentos básicos.
El IPC ignora la bajada del IVA de los alimentos, que se encarecieron un 16% en enero. Los carburantes también subieron tras la eliminación de la bonificación. La electricidad, agua y gas bajaron

El Índice de Precios de Consumo (IPC) se situó en enero en el 7% en la provincia de Pontevedra, solo un 0,3% menos que un mes antes y que hace un año y por encima de la media gallega (6,4%) y de España (5,9%) en un mes que estuvo marcado por la supresión y reducción del IVA en algunos alimentos básicos y por el fin de la bonificación a los carburantes. 

 

 

Los productos de alimentación se anotaron un alza de un 16% en la provincia en el último año e incluso subieron con respecto a diciembre, un 0,2%, dejando un impacto mínimo o incluso nulo a la hora de hacer la compra.

 Entre los que se dejó de aplicar el IVA se encuentran el pan que se abarató un 0,2%, la leche (-1,5%), huevos (-1,5%), frutas frescas (-4,2%), legumbres (-1,1%), patatas (-1%), harina (-2,3%) y queso (-0,7%). A los que se rebajó el impuesto del 10 al 5% fueron el aceite de oliva que se abarató un 1,2% y la pasta un 3,5%, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Entre los alimentos de primera necesidad que el Gobierno no incluyó en la reducción del IVA está el pescado que se encareció un 4,7% en el último mes. 

 

 

Esta fluctuación de precios es la comparativa mensual, en relación a diciembre, porque si se tienen en cuenta los valores con respecto a hace un año absolutamente todos los productos subieron, la mayoría a dos dígitos: un 52% el azúcar, un 32% el aceite, un 38% el pan y la harina, un 19% el arroz, un 40% la mantequilla o un 33% la leche, entre otros. 

Alimentación y bebidas no alcohólicas son los que más subieron en el último año en la provincia, un 15,8%, seguido de restaurantes y hoteles (10,6%), bebidas alcohólicas y tabaco (9,2%) y muebles y artículos de hogar (7,8%). El transporte se encareció un 7%, un 2,9% la sanidad, un 2,8% el vestido y calzado, un 2,5% ocio y cultura, un 2,4% las comunicaciones, un 1% la enseñanza y un 6,6% el resto de servicios. La única bajada la experimentó el apartado que incluye vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles que se anotaron un descensos de un 8,3%. Si comparamos los precios de enero con respecto a diciembre, lo que más se encareció en la provincia  fue el transporte (un 4,7%) y vestido y calzado lo que más se abarató (bajada del 12,3%), según datos del Instituto Galego de Estatística (IGE).

En Galicia el IPC de enero se estabilizó en el 6,4%, cinco décimas por encima de la media estatal en sus cuatro provincias: A Coruña con un 5,8%, 6,5% en Lugo, 6,7% en Ourense y del 7% en Pontevedra que se sitúa entre las provincias más inflacionistas de España. Solo le superan Ávila, León, Toledo y Zamora por encima del 7% mientras que la tasa más baja está en Barcelona con un 5,1%.

La inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) finalizó enero en el 7,5%, tasa cinco décimas superior a la del mes anterior y la más elevada desde1986. Con este dato, la subyacente supera al índice general en 1,6 puntos, la mayor brecha entre ambos indicadores desde mayo de 2020.

Carburantes más caros y precios al alza en transporte y telefonía

El transporte se encareció en la provincia de Pontevedra un 7% en el último año y un 4,7% con respecto a diciembre, siendo uno de los mayores encarecimientos junto con alimentación.  A nivel nacional los precios de los servicios de telefonía registraron  la mayor subida de precios en un mes de la serie histórica con un repunte del 5,4%. Por su parte, los carburantes también se anotaron subidas, de un 10,2% el gasóleo y de un 12,7% la gasolina sólo en el último mes a nivel estatal, si bien los precios de los combustibles en Vigo siguen estando por encima de la media y entre los más caros en España. Esta misma semana se movían entre 1,50 y casi un 1,80 euros el litro y un mayor gasto para el consumidor tras la eliminación de la bonificación de 20 céntimos que estuvo en vigor el año pasado. 

Funcas, Fundación de las Cajas de Ahorro, ha revisado al alza sus previsiones de inflación para 2023 y advierte que puede ser más persistente de lo previsto tras los datos de enero y la evolución del petróleo y de los futuros del gas. Funcas estima que la inflación media anual será del 4,2%, cuatro décimas por encima de su proyección anterior.

Asociaciones de consumidores piden bajar los alimentos

Con respecto a los alimentos, las organizaciones de consumidores OCU y Facua reclamaron ayer una mayor bajada, ya que aseguran que “se nota poco” y les parecen insuficientes, tal y como se constata con el dato del IPC. Por su parte, la Asociación de Fabricantes y Distribuidores AECOC valoró de manera positiva la evolución del IPC de enero y calificó de “medida acertada” la bajada del IVA a algunos productos sin la cual, asegura, que “estaríamos ante una subida del 17%. La patronal celebra que “está empezando a surtir efecto” en un entorno de alta inflación de los costes como las materias primas y la energía.

En otro plano, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró en la sesión de control del Congreso que el último dato de inflación demuestra que "están bajando los precios de los alimentos por las políticas del Gobierno", como la reducción del IVA a algunos alimentos básicos.  El socialista también destacó la reciente subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta 1.080 euros y la revalorización de las pensiones al 8,5% para este año. Sobre el alza de los salarios también se manifestó la CEOE que resaltó la necesidad de evitar que los aumentos de los precios y los salarios se retroalimenten entre sí, pues esto produciría "efectos de segunda ronda que llevarían a una espiral inflacionista".

Los sindicatos, por su parte, defienden que este es el momento de incorporar las cláusulas de revisión salarial en los convenios para poder garantizar el poder adquisitivo de los trabajadores.

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