El Juzgado de Instrucción 4 de Vigo está a la espera de recibir los resultados de las diligencias de investigación llevadas a cabo sobre el asesinato en 2004 del vigués Manuel Salgado en un garaje de Rosalía de Castro. Tras decidir la reapertura de la causa, el magistrado dio de plazo hasta el 1 de junio al equipo policial para realizar las pesquisas que en su momento se pasaron por alto con el objeto de poder esclarecer quien está detras de este crimen, supuestamente cometido por encargo y que se ejecutó de un certero tiro en la nuca.
La Policía ultima las pesquisas con el interrogatorio de varios testigos en los últimas semanas. Los agentes, pertenecientes a un grupo de la misma unidad que se encarga del caso de la joven Déborah Fernández, se han desplazado en repetidas ocasiones a la ciudad, para entrevistarse con distintas personas que pudieran tener alguna vinculación con la víctima y su entorno.
La esperanza de los familiares de Manuel Salgado está en los resultados de esta nueva parte de la investigación. Una vez se entregue el infome al magistrado, este determinará si hay motivos para mantener viva la causa, que fue archivada después de que los únicos dos sospechosos e investigados en su día, la exesposa del fallecido y su entonces pareja, quedaran libres por falta de pruebas para incriminarles en el asesinato.
Los agentes han tirado de varios hilos, que quedaron colgando y que los sobrinos y la hermana de la víctima presentaron ante el juzgado para motivar una reactivación de la investigación judicial. De momento, nada ha trascendido sobre los resultados de las nuevas pesquisas realizadas en estos meses, aunque se sabe que han sido varias las pesrsonas que han prestado su testimonio y que se ha incidido en el móvil económico como posible causa de un crimen que conmocionó a la sociedad viguesa al llevarse a cabo de una forma calculada, rápida y sin dejar rastro.
El pasado mes de abril se cumplieron 18 años del asesinato. Manuel Salgado tenía entonces 56 años. Se disponía a recoger el coche para ir a trabajar, pero un tiro prácticamente a bocajarro con arma del calibre 22 acabó con su vida. La Policía ha revisado minuciosamente el sumario, así como los legajos del caso con el objeto de poder llegar hasta el autor material y el o los inductores al mantener como principal hipótesis que un crimen por encargo.
