La Policía refuerza la vigilancia contra el trapicheo y los narcopisos en Vigo
Responsables de Seguridad Ciudadana así como de Participación Ciudadana de la Comisaría abordaron la preocupación de los vecinos del Casco Vello
La lucha contra el “trapicheo” de drogas en la ciudad lleva a la Policía de Vigo a desarticular más de una veintena de “puntos negros” cada año. Sin embargo, pese a los constantes operativos, estos acaban desinflándose en los juzgados. Los vecinos del Casco Vello han sido los últimos en dar la voz de alarma ante el regreso de la droga a sus calles con la proliferación de “narcopisos” en viviendas okupadas del entorno de Poboadores. No han sido los únicos, en el mes de abril fueron los de O Calvario, antes los de A Doblada y los del barrio de Ribadavia.
Fuentes policiales confirmaron que tanto Seguridad Ciudadana como Participación Ciudadana han abordado el problema que les trasladaron los residentes en el Casco Vello por lo que reforzarán su presencia y vigilancia en la zona, si bien es un operativo en el que se focaliza buena parte del trabajo de las patrullas en las calles.
En los tres últimos meses se han conseguido desarticular puntos negros de venta de drogas tanto en pisos donde se consumía como en locales en Bouzas, Coia, Travesía de Vigo, centro ciudad o Alcabre con cerca de una decena de detenidos. De hecho, desde la pandemia, se llevaron a cabo importantes operativos contra clanes en Teis y A Doblada. El pasado mes de abril, los seis acusados de la venta de drogas en dos viviendas en la avenida de Galicia lograron esquivar la pena de prisión con acuerdos de conformidad donde se les tuvo en cuenta en algunos casos la toxicomanía en otros, trastorno mental. Los siete miembros del grupo familiar que operaban desde la calle Xílgaro fueron condenados el pasado año también tras un acuerdo de conformidad que dejó condenas de entre 9 meses y dos años así como multas.
Durante el año pasado, el tráfico de drogas a pequeña escala fue uno de los delitos que más se incrementaron respecto al año anterior. Según los últimos datos del Ministerio de Interior, hubo un incremento del 25,4% aunque bajó si se compara con antes de la pandemia. De media, se detectaron más de seis casos al mes relacionado con la venta de estupefacientes, tanto de cannabis como de heroína y cocaína.
Tal y como aseguraban los vecinos del Casco Vello en su asamblea del martes, la presencia policial no es la única solución. Las medidas urgentes pasan por las viviendas abandonadas, uno de los grandes problemas al que suma el de un mercado negro que, según fuentes cercanas a la lucha contra el narcotráfico, está muy abastecido con precios mucho más asequibles que extienden el consumo, también diversificado.
Los residentes de entornos donde existen “narcopisos” sufren de inseguridad y temen un regreso al escenario de los años 90.
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