La Policía mantiene todas las hipótesis abiertas sobre el incendio mortal de Vigo

El estado en el que quedó la entrada del número 6 de Alfonso X tras el voraz incendio que causó el pasado miércoles la muerte de una madre y sus tres hijos menores es uno de los principales obstáculos de la investigación para tratar de esclarecer las causas. Fuentes policiales confirmaron ayer que por el momento se mantienen abiertas todas las hipótesis, sin descartar una posible intencionalidad o un suceso fortuito. De hecho, se está llevando a cabo una doble investigación. Por una parte, la de la Policía Científica, que tras inspeccionar el inmueble, escudriña todas y cada una de las muestras recogidas, y por otra, la del grupo de homicidios. Este continúa haciendo diligencias.

Además de tomar declaraciones a testigos, los agentes buscan posibles cámaras de seguridad en negocios del entorno, tanto en la salida de la calle hacia Camelias, como en González Sierra, Gran Vía incluso Otero Pedrayo. La intención, informaron fuentes del caso, es no dejar ningún cabo suelto antes de poder llegar a una conclusión.

El Juzgado de Intrucción 1 de Vigo abrió una causa por un delito de incendio con riesgo para la vida de las personas, nada más procederse al levantamiento de los cuatro cadáveres y está a la espera del atestado con los informes definitivos de la Policía.

Hasta ahora, de la inspección en el lugar donde se produjo el fuego, en el hall de entrada, no se encontró ningún acelerante, pero se siguen haciendo análisis sobre los restos recogidos. Tampoco de los testimonios hasta ahora se han hallado indicios que apunten a un posible pirómano, sin embargo, hay piezas todavía que no encajan.

Hasta ahora, no se ha podido corroborar que el fuego comenzara en el cuadro de luces, pero sí se sospecha que la gasolina de la motocicleta aparcada allí junto a unos neumáticos, sirviera de catalizador, haciendo que las llamas adquirieran unas dimensiones desproporcionadas generando muchas calorías y convirtiendo el edificio en un horno que provocó quemaduras en los heridos y fallecidos.

Tanto el delegado del Gobierno, Pedro Blanco, en su comparecencia en Vigo, como el testimonio de varios vecinos situarían el incendio entre las tres y media y las cuatro de la madrugada del miércoles. De hecho, el 112 recibió alrededor de veinte llamadas avisando del fuego cuando este tenía unas dimensiones considerables. Fue a las 4:02 minutos cuando Emergencias movilizó a los bomberos, que llegaron a las 4:09. Tal y como pudo comprobar ayer este periódico, la hora en la que saltó el diferencial quedó registrada a las 4:00, lo que significaría que fue en ese momento cuando las llamas llegaron al cuadro de contadores.

Ayer mismo, técnicos de Fenosa revisaban la instalación, con permiso de la Policía Local, comprobando que el cuadro quedó totalmente calcinado afectando a los dos locales comerciales situados en la misma calle que comparten dicho cuadro y que se han quedado sin suministro eléctrico a raíz del incendio.

Tapian con ladrillos el acceso al edificio tras el realojo

El acceso al edificio donde se produjo el incendio fue ayer tapiado con ladrillos después de que todos los residentes y familiares de las víctimas hubiera entrado para recoger sus pertenencias. Aunque la primera inspección de los técnicos descartó inicialmente daños estructurales, el inmueble ha quedado afectado por las consecuencias del hollín y la gran nube de humo negro generada, y se han visto seriamente dañadas las escaleras y espacios comunes. La propiedad ya había iniciado los trámites para solicitar el desalojo de los okupas de su edificio, que, según los vecinos llevaba varios años en esta situación.

De momento, las personas afectadas, cerca de una treintena, continúan realojadas entre hostales puestos a disposición por el Concello y viviendas de familiares y seis personas siguen en hospitales.