Los usuarios de esta cala poco concurrida prefieren no tener servicios si eso supone prescindir de la tranquilidad que ofrece
Vigo ofrece una multitud de playas a las que acudir y formar parte de un ambiente veraniego. Sin embargo, no es necesario alejarse de la ciudad o recorrer kilómetros en busca de desconexión. En la parroquia de Alcabre se encuentran arenales pequeños a los que todavía no ha llegado una aglomeración de personas. Es el caso de la playa de A Mourisca, que pasa desapercibida entre los arenales más conocidos de la zona.
Acercarse a la naturaleza y disfrutar de las vistas, así como ir a descansar o leer, son las prioridades de quienes visitan el pequeño arenal. Los privilegiados que conocen la playa de A Mourisca aseguran que prefieren “sacrificarse” por seguir manteniendo su playa desconocida aunque eso suponga prescindir de servicios como duchas, algunas cafeterías o , incluso, socorristas y salvamento.
Sin embargo, los vecinos no pasan por alto el mal estado de la rampa de acceso a la playa. que continúa destrozada desde hace siete años debido al fuerte oleaje. La zona, que está vallada y con un cartel que prohibe el paso, sigue siendo utilizada por los jóvenes. “Unos por otros no lo arreglan y un día va a pasar una desgracia porque está totalmente roto”, critica Eduardo.
Los usuarios de A Mourisca, que se localiza detrás de el Museo del Mar, pueden recurrir a su restaurante, Room Museum, que ofrece vistas al mar desde su terraza.
A pocos metros, en la playa de Los Olmos, se encuentran cafeterías y bares para aquellos que quieran disfrutar en una zona con más ambiente.“Aquí se está muy bien porque es totalmente tranquila y no hay el ruido de terrazas. Si quiero ir a tomar algo, están los bares de A Lúa, O Pirata o La Vela ahí al lado”, comenta Pedro.
A esta cala, de 90 metros, se puede llegar a través de un paseo de madera que la une a la de Los Olmos o a través de el Camiño do Borraleiro. En una parada de autobús urbano muy próxima, en la Avenida de Samil, pasan las líneas L10, C15B Y C15C.
Acercarse a la naturaleza y disfrutar de las vistas, así como ir a descansar o leer, son las prioridades de quienes visitan el pequeño arenal. Los privilegiados que conocen la playa de A Mourisca aseguran que prefieren “sacrificarse” por seguir manteniendo su playa desconocida aunque eso suponga prescindir de servicios como duchas, algunas cafeterías o , incluso, socorristas y salvamento.
Sin embargo, los vecinos no pasan por alto el mal estado de la rampa de acceso a la playa. que continúa destrozada desde hace siete años debido al fuerte oleaje. La zona, que está vallada y con un cartel que prohibe el paso, sigue siendo utilizada por los jóvenes. “Unos por otros no lo arreglan y un día va a pasar una desgracia porque está totalmente roto”, critica Eduardo.
Los usuarios de A Mourisca, que se localiza detrás de el Museo del Mar, pueden recurrir a su restaurante, Room Museum, que ofrece vistas al mar desde su terraza.
A pocos metros, en la playa de Los Olmos, se encuentran cafeterías y bares para aquellos que quieran disfrutar en una zona con más ambiente.“Aquí se está muy bien porque es totalmente tranquila y no hay el ruido de terrazas. Si quiero ir a tomar algo, están los bares de A Lúa, O Pirata o La Vela ahí al lado”, comenta Pedro.
A esta cala, de 90 metros, se puede llegar a través de un paseo de madera que la une a la de Los Olmos o a través de el Camiño do Borraleiro. En una parada de autobús urbano muy próxima, en la Avenida de Samil, pasan las líneas L10, C15B Y C15C.