Piden diligencias nuevas por el crimen del garaje de Vigo

El testigo, ayer, a su llegada a los juzgados de Vigo para prestar declaración.
photo_camera El testigo, ayer, a su llegada a los juzgados de Vigo para prestar declaración.
El detective  implicado en las escuchas ilegales a Manuel Salgado no arrojó luz en su declaración, pero las contradicciones harán que la familia pida más testigos y documentales

Estaba llamado a ser uno de los testigos clave en la investigación sobre el crimen de Manuel Salgado, ocurrido en un garaje de Rosalía de Castro de 2004. Su nombre salió a relucir en los primeros interrogatorios tras reabrirse la causa y también en las propias diligencias policiales por ser una persona conocedora de los conflictos que vivía la víctima cuando fue asesinada. El investigador que fue condenado por las escuchas ilegales a Salgado, junto a la exmujer de este, declaraba ayer ante el Juzgado de Instrucción 4.

El testigo contestó a todas las preguntas, pero no arrojó luz en su declaración, aunque esta sirvió al menos para seguir manteniendo el motor de la investigación encendido. Los portavoces de la familia (hermana y sobrinos) de Salgado, los criminólogos Ramón Chippirrás y Carmen Balfagón aseguraron que se van a pedir nuevas diligencias, tanto otras declaraciones como documentales para tratar de aclarar ciertas contradicciones en las respuestas del detective  respecto a otros testimonios. 

Sobre quién puede estar detrás de este asesinato a sangre fría, la pregunta del millón, todavía no hay respuesta. Este testigo, al que aseguró que este asunto le ha perjudicado mucho, tampoco aportó dato alguno al respecto, excepto que cuando se enteró de lo ocurrido, él estaba en prisión, pensó en el círculo cercano del fallecido por los conflictos existentes. Un pensamiento similar al que baraja desde el inicio la Policía, que está convencida de que detrás de este asesinato están personas próximas movidas por un móvil económico. Salgado mantuvo con su exmujer un litigio por el patrimonio que se prolongó durante ocho años.

Ahora será el juzgado quien tenga que valorar los testimonios recogidos hasta la fecha así como las nuevas solicitudes de prueba que pedirá la acusación particular en vista de las declaraciones. Además, queda pendiente una diligencia ordenada con anterioridad. El objetivo judicial, una vez se ordenó la reapertura, es agotar todas las vías posibles.

Una sensación entre “temor y código de silencio”

Al término de las declaraciones en el juzgado, el abogado de la familia, Ramón Pérez Amoedo, aseguró que es un asunto muy complicado por lo que ahora “haremos un compendio de lo que han declarado los testigos para ver si hemos avanzado".  Ratificó que su intención es pedir nuevas declaraciones al tiempo que reconoció tener la sensación de que “hay una cortina de silencio y miedo a hablar entre algunas personas”. “Sin acusar a nadie, parece como si hubiera un código de silencio”, incidió.

Recordó asimismo que Manuel Salgado vivía amenazado en una situación familiar muy tensa y él mismo había confesado a su entorno que sentía que estaba siendo vigilado y que tenía miedo de que un día acabaran con su vida. Tristemente, sus temores se hicieron realidad un día de abril de 2004, poco después de aparcar su coche en el interior de un garaje de Rosalía de Castro. Se disponía a ir a trabajar, pero no llegó nunca. Un desconocido le descerrajaba un tiro certero en la nuca antes incluso de que pudiera abandonar el aparcamiento.

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