Tres peritos ven en la lluvia y la vía la causa del accidente del bus en el Lérez
La única pasajera superviviente insistió ayer en el juzgado en que el conductor circulaba despacio y que “no se veía nada”
Tres informes periciales de expertos diferentes encargados por la defensa del conductor del autobús que se precipitó en el Lérez en la pasada Nochebuena coinciden con la única pasajera superviviente en que las causas del siniestro se debieron el mal estado de la vía, las deficiencias en los quitamiedos y la adversa climatología frente al exceso de velocidad en el que incide el último atestado de la Guardia Civil. Ayer, Rosario González, acompañada de su letrada, del despacho Estrado Abogados de Ourense, se ratificó en su declaración realizada ante los agentes del instituto armado.
Así, insistió en que el conductor conducía “correctamente”, y reduciendo en las curvas, relatando cómo ella iba sentada justo detrás del chofer y no conseguía ver la carretera de lo oscuro que estaba todo “sin farolas, ni alumbrado ni reflectantes en los quitamiedos”.
Rosario relató los graves perjuicios que le ha acarreado el siniestro, no solo para su salud sino también psicológicamente, siendo a día de hoy incapaz de subirse a un autobús. Tal y como explicó esta vecina, en una entrevista en Atlántico y señaló ayer ante el juzgado de Pontevedra, está sufriendo por la desatención médica después de que el seguro se niegue a autorizar el coste de los tratamientos que ella necesita, una mujer que además tiene que hacerse cargo de una hija con minusvalía en silla de ruedas.
Las partes personadas en la causa solicitarán nuevas pruebas después de haber escuchado en sede judicial el testimonio del conductor, que ya se reincorporó a su trabajo, y ayer de la pasajera que logró salvar la vida. Otras siete personas, entre ellas la amiga de Rosario, perdieron la vida aquella noche, en a que llegaron a registrarse rachas de viento de hasta 100 kilómetros por hora y balsas de agua en la calzada. La pasajera también escuchó decir al chofer cómo el vehículo no respondía y en sala volvió a agradecer a este hombre su comportamiento con ella, pues fue quien la movió cuando estaba en el agua instantes después de sufrir el accidente.
Por el momento, solo el conductor, Carlos Monzón, está investigado por siete delitos de homicidio imprudente, si bien Galibus, la Asociación Gallega de Transporte de Viajeros por Carretera ya ha solicitado al juzgado que cite también como imputado al responsable de la propietaria del autobús.
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