Emoción apenas contenida y la convicción de que no ha hecho nada punible. Así se despidió como alcalde pedáneo de Bembrive, el socialista Manuel Castro, condenado a 12 años de inhabilitación por sentencia judicial, que le obliga a dejar el cargo a seis meses de las elecciones. Castro insistió en que está totalmente en desacuerdo con una sentencia “totalmente desproporcionada” y anunció que presentará recurso y luchará “hasta las últimas consecuencias”.
Sobre su condena, por utilizar dinero de los vecinos a través de la Entidad Menor para comprar una sidra concreta que pedían los propios vecinos, se mantuvo en que su intención fue asegurar que la fiesta de la sidra continuara incluso en la pandemia, “la más importante y mayor difusión de esta parroquia”, y añadió que nunca destinaría el dinero que los vecinos había anticipado a otra cosa que no fuera la compra de la sidra. “No haber dado a los vecinos la sidra que demandan u otra distinta sí que sería un escándalo e incluso malversar el dinero, cosa que jamás haría en mi vida. Nunca he utilizado ni me he llevado dinero de esta Entidad”, añadió. Estoy orgulloso de mi gestión, me voy con la cabeza bien alta y la conciencia tranquila, zanjó.
Del Concello estaba presente el edil Santos Héctor. Menos amable fue el PP, quien reclamó a Abel Caballero, que sea “implacable contra la corrupción”. Pidió su reprobación más enérgica ante la acumulación de casos. "Es indecente que tras la sucesión de tramas de corrupción que salpican al PSOE en Vigo ninguno de sus responsables haya dado aún explicaciones”, y enumeró las seis condenas a destacados militantes.
