El patinaje sobre hielo en Samil, el deporte navideño que reúne a niños y mayores

Usuarios de la pista, ayer.
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La pista de patinaje de Samil invita a disfrutar a expertos y atrevidos a sumarse al deporte navideño por excelencia en Vigo

La pista de patinaje en Samil es otra de esas actividades que dan inicio al invierno en Vigo. Con su puesta en marcha, el mismo día que se enciende la Navidad, también arroja una luz de ilusión en todos aquellos expertos de las piruetas sobre hielo que, desgraciadamente, sólo pueden disfrutar de su deporte favorito en esta época del año en la ciudad. La pista de patinaje estará abierta hasta el 30 de enero para todos los públicos, incluido niños, con elementos de agarre que ayudan al patinaje y evitar los golpes.

 

 

Para la práctica deportiva, la pista de hielo de Samil es la mejor opción. La falta de alternativas durante los meses primaverales y veraniegos obliga a los apasionados a este deporte a llenar el rectángulo helado. Desde la empresa RGarcía Eventos señalan que durante la semana y media que llevan abiertos, en horario de 11 a 22 horas de manera ininterrumpida, la afluencia de gente está siendo muy buena, sobre todo en los días donde acompaña el tiempo y durante la tarde del fin de semana.  

Durante este tiempo, la pista se llenará de patinadores con grandes dotes, deseosos de divertirse a base de saltos y piruetas. Alguno de ellos apuntó que no recuerda ningún año donde no haya acudido a su cita con el hielo, pese a la pandemia. Ni los dolores en los pies, fruto de horas y horas patinando, le impide poder seguir en la pista. Muchos de ellos aseguran que fuera del periodo invernal se pasan a los patines en línea, pero una vez abierta la pista de Samil, se vuelcan con ella.  

Pero también está dirigida a novatos que, a base de caídas, aprenden la disciplina del patinaje. Un deporte que, según indican los expertos, necesita de mucha técnica y movimiento corporal, pero es vital saber caer al suelo y levantarse. La paciencia y la constancia son buenas aliadas para poder llegar a ser un patinador excelente. Señalan que la dificultad no reside en mantenerse de pie sobre el hielo, o poder manejarte sin la ayuda de monitores o barandillas; la complejidad viene para los trucos, la destreza y, sobre todo, saber frenar y acelerar con solo el impulso de brazos y piernas, algo que, a lo largo de casi una hora de entreno, resulta gratificante pero desgastador.

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