Pablo Covelo, biólogo del Cemma

Pablo Covelo: "Aún no sabemos por qué las orcas atacan a veleros, pero son siempre las mismas"

Pablo Covelo, en el set de Atlántico TV.
photo_camera Pablo Covelo, en el set de Atlántico TV.

Durante los meses de invierno, los biólogos de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), con base en Nigrán, trabajan a destajo para atender los cientos de varamientos de cetáceos, focas y tortugas marinas que se producen en las costas gallegas cada año. Uno de ellos, Pablo Covelo, visitó Atlántico TV para hablar de esta labor.

 

 

¿Cuál es la misión fundamental del Cemma?

Cemma recopila y estudia los datos de cetáceos, focas y tortugas marinas que encontramos en Galicia. Estudiamos los animales que aparecen en las playas, tanto vivos como muertos. Si están vivos van a recuperación y si están muertos hacemos la necropsia para intentar averiguar las causas de la muerte e incluso estudios poblacionales a partir de las muestras que recogemos. También hacemos estudios con los animales vivos, como salidas en barco. Vemos qué especies nos visitan más, por ejemplo. A partir de ahí hacemos actividades de divulgación. Damos charlas para escolares desde Primaria hasta la Universidad y al mismo tiempo damos información científica que pueda servir a las administraciones para las medidas de gestión y conservación de estas especies protegidas.

¿Cuáles son esas especies que nos visitan más?

La gente estará acostumbrada a ver a los arroaces, sobre todo en la zona de Vigo. Son la especie que tenemos más cerca. Aquí tenemos la suerte de tener hasta 24 especies, lo que pasa es que algunas están todos los días, como los arroaces, pero después también están ballenas, calderones, cachalotes... Incluso especies rarísimas como los zifios, cetáceos de aguas profundas.

¿Cuántos cetáceos y otras especies marinas aparecen en las costas gallegas varados cada año?

Lo que son sólo cetáceos, focas y tortugas, unos 250 al año. También estamos viendo que aumenta el número de tiburones, sobre todo en verano. Los varamientos se concentran más en los meses de invierno por la prevalencia de los vientos del suroeste, que acercan a nuestras playas a los animales muertos que flotan en la superficie. La mayoría llevan días o incluso semanas muertos, sólo un 10% aparecen vivos. Llevamos 137 varamientos en lo que va de año, sobre todo de delfín común.

¿Cómo es el proceso de recuperación de estos animales?

En el caso de las tortugas, suele ser bastante fácil. Lo que necesitan es tener agua un poco caliente para activarse e ir alimentándolas, salvo que tengan heridas graves. Las focas que nos llegan, por su parte, son cachorros que nacieron en las islas británicas y, poco a poco, se las va alimentando para que ganen peso y las podamos soltar.

El número de especies varadas, ¿va a más o a menos con el tiempo?

Más o menos igual. Si vemos la media de varamientos anual desde el año que comenzamos, sí que ha crecido, pero no es que se vea un incremento enorme. Pero eso puede deberse a que ahora recibimos más avisos porque conocen el trabajo que hacemos.

¿Qué otras actividades realizan en el Cemma?

Hacemos estudios de fotoidentificación de los arroaces que tenemos en las rías. Gracias a las marquitas que tienen en las aletas dorsales somos capaces de identificarlos y vemos sus movimientos. Algunos de los arroaces se han ido de paseo hasta el sur de Lisboa, por ejemplo. Para estudiar otras especies de aguas más profundas hacemos salidas en barco. Salimos durante un día y vemos lo que hay en esa franja de 20 kilómetros en nuestro entorno.

Desde 2020 se comenzó a reportar que hay orcas que se acercan demasiado e incluso tocan a los barcos. ¿Qué se sabe hasta ahora de este nuevo comportamiento?

No se sabe muy bien cómo empezó. El primer aviso fue en las Rías Baixas en 2020, pero recopilando información se vio que ya había habido avisos similares, siempre contra veleros, en Gibraltar. Tirando un poco del hilo vemos que hay unas orcas, que son siempre las mismas, que se vieron afectadas por algún tipo de actividad que todavía desconocemos, y son ellas las que protagonizan esas interacciones con los veleros. No todas las que nos visitan tienen ese comportamiento.

¿Cómo de peligrosas pueden llegar a ser estas interacciones?

Para las personas, en principio nada, salvo que te cojan con muchísimo mal tiempo. Ha habido casos de dejar barcos sin control porque golpean el timón. Un velero expuesto a grandes olas sin control puede ser peligroso, pero afortunadamente la gente ya está avisando y Salvamento Marítimo está ayudando.

¿Cuántos biólogos son en el Cemma?

Ahora somos cinco, y un veterinario. Además, nosotros trabajamos en base a proyectos y eso nos permite tener más personal. Nuestro trabajo se basa en la red de voluntarios que tenemos en toda la costa gallega y por suerte, hay años en los que podemos tener más personal contratado.

¿Echa en falta más apoyo de las administraciones para mantener la actividad del Cemma?

Poco a poco se van concienciando, además por las propias medidas de protección que teinen las especies. La propia legislación les obliga a tomar medidas de gestión y control sobre ellas. La Xunta siempre colaboró con nosotros y ahora el Ministerio parece que se quiere implicar más. Pero nunca es suficiente. Aquí no tenemos un centro de recuperación donde poder llevar a un delfín. Siempre buscamos piscinas externas. Y también debería haber un mayor control de la interacción pesquera con estas especies. El 40% de los cetáceos que aparecen en Galicia mueren por artes de pesca. Los pesqueros están obligados a reportar esos accidentes. Sabemos que es sin querer, pero no reportan esos casos y  es importante hacerles ver que no van a ser sancionados y que esos datos son claves.

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