El centro de educación especial Saladino Cortizo puso ayer el broche de oro a la celebración de su medio siglo de historia en la ciudad y lo hizo con un acto que había quedado aplazado por la pandemia.
Estudiantes y profesores asistieron en el patio exterior a la plantación de un olivo donado por el Concello de Vigo que tiene la misma edad que el colegio, 50 años.
El olivo es también un símbolo de la ciudad, que incluyó este árbol en su escudo en recuerdo de un ejemplar de gran porte que se encontraba en el atrio de la Colegiatra de Santa María de Vigo.
En realidad este colegio, que tuvo su galardón como Vigués Distinguido en pandemia, tiene ya 52 años y lleva meses organizando distintos actos por sus bodas de oro.
Además del concejal de Parques y Jardines, Ángel Rivas, que colaboró en la plantación en una rotonda, también acudieron los representantes de la Comunidad de Montes de Cabral, una institución que había cedido los terrenos necesarios para construir el colegio. Por parte de la comunidad educativa asistieron los 110 estudiantes de Vigo y de múltiples municipios de la comarca desde A Cañiza hasta Bueu o Fornelos, profesores, cuidadores y personal laboral. Tanto los alumnos por medio de un portavoz como la directora realizaron unos discursos para poner en valor la trayectoria del centro y acto seguido bailaron la “muiñeira da árbore”, una obra adaptada por el profesor de música, Álex.
El Saladino Cortizo da clase a alumnos de Primaria, Secundaria, Tránsito a la Vida Adulta y FP básica. El acto de ayer era también el cierre del curso con la comunidad educativa y hoy se celebra también con las familias, que están invitadas a las actuaciones del grupo de teatro y del coro del colegio y presenciarán la entrega de orlas y diplomas.
