El observatorio astronómico, a punto de echar el cierre

El Observatorio Astronómico tendrá varios parques eólicos en su entorno.
photo_camera El Observatorio Astronómico tendrá varios parques eólicos en su entorno.

La instalación vinculada a la fundación viguesa Ceo y a la Universidad quedará cercada por aerogeneradores

La asociación Astronómica de Vigo (Astrovigo) ha advertido sobre el inminente cierre del Observatorio de Forcarei, que se puso en marcha a través de la Fundación Ceo, Ciencia e Cultura en 2008, y que desde entonces ha sido un lugar preferente para el seguimiento de astros y meteoros y que cuenta con la protección y colaboración permanente de la Universidad de Vigo. Destaca el presidente de Astrovigo, César González Crespán, el desarrollo de eventos como la observación de lluvias de meteoros como las perseidas, y que con su telescopio se han realizado un gran número de fotografías de galaxias, supernovas, cúmulos estelares, cometas, meteoros y meteoritos. En los últimos años se puso en marcha un proyecto de seguimiento de meteoros dentro de la “Red mundial de meteoritos”, que ofrece prometedores resultados en este ámbito.  

Crespán señala que la construcción de cuatro megaparques eólicos en sus cercanías hacen difícilmente viable su continuidad. “Las turbulencias que provocan las corrientes de aire, alteradas por las gigantescas turbinas de los aerogeneradores, cuyo perturbador efecto se nota a varios kilómetros de distancia, hacen que la calidad de la visión se reduzca notablemente”, explica. Para un observatorio astronómico, añade, es fundamental la transparencia y estabilidad del aire del entorno, y por eso se escogió en el pasado esa ubicación, en un sitio relativamente elevado, lejos de las luces urbanas. La distancia a la que van a colocarse las torres de los aerogeneradores, en algunos casos, es de menos de 800 metros, lo que afectaría de forma notable al trabajo de investigación. En el entorno cercano se van a colocar unos quince aerogeneradores de hasta ciento cincuenta metros de altura, ubicados en cuatro parques. “Esto también provoca una pantalla visual, haciendo imposible la necesaria calidad de la visión en determinadas direcciones, vital para poder realizar fotografías astronómicas.

Otro problema son las luces led que se colocan en lo alto de las torres y estaciones eléctricas, con la generación de destellos visuales, que también dificultan la realización de fotos, por intromisión de luces parásitas”, alerta. González Crespán destaca que a estos problemas hay que añadir el de las brillantes luces que provocan las constelaciones de satélites de comunicaciones. "Hasta 40.000 quieren lanzar a bajas cotas; la contaminación luminosa de las ciudades provoca la alteración de los hábitos de animales nocturnos y otros daños que afectan a la vitalidad de los seres vivos, hasta los mejillones de la ría notan el efecto de estas luces perturbadoras, no digamos la actividad de observación de objetos de débil luminosidad.  La noche tiene un valor que se está perdiendo, parece que se quiere acabar con ella, la observación nocturna del firmamento es cada vez más difícil”, dice.

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