Tres municipios pugnan por un nuevo puente en el Miño 20 años después del último

Una pasarela peatonal de Tomiño a Cerveira.
photo_camera Una pasarela peatonal de Tomiño a Cerveira.
As Neves, Salvaterra y Tomiño apuestan por nuevas conexiones permanentes con Portugal

Las dos conexiones más recientes entre Galicia y la Región Norte lusa se remontan ya a 20 y 25 años, los puentes Goián-Cerveira y Arbo-Melgaço, que revolucionaron la movilidad entre las dos orillas del Miño y que han convertido en habitual pasar de una al otro lado, como se puede comprobar durante estas Navidades, con miles de visitantes portugueses llenando las calles de Vigo. Hay que recordar que hace 30 años solo había un viaducto, el viejo -falsamente atribuido a Eiffel- de Tui. Después llegaría la autovía, que supuso un cambio radical a mejor y la desaparición real de la frontera, y poco después se mandaría a la jubilación la barcaza que dio servicio para cruzar entre Salvaterra y Monçao por una comunicación permanente. Y finalmente el cuarto y el quinto. Y de eso hace ya mucho tiempo.

Después de 20 años, hay de nuevo interés con tres propuestas encima de la mesa, y otra más, una cuarta, inviable, entre A Guarda y Caminha, unidas por un servicio marítimo poco eficiente. La posibilidad de construir un puente en la desembocadura del Miño chocaría frontalmente con las protecciones comunitarias de los esturiarios, por lo que parece un imposible. 

Las otras tres son la que proyecta As Neves y los segundos puentes de Tomiño con Viana de Cerveira, que sería peatonal, y de Salvaterra con Monçao, que se plantea como conexión con el Puerto Seco de Vigo, la Plataforma Logística  (Plisan), ahora sí en fase de implantación de empresas. Los alcaldes de todos estos ayuntamientos han puesto en marcha todas las acciones tanto en España como en Portugal para que las propuestas sean posibles.

 

 

Entre As Neves y el otro lado del Miño se lanzó hace unos años la idea  de un  puente colgante. El actual alcalde, el popular José Manuel Alfonso, al frente de As Neves desde este año, asegura que su idea es ir más allá y construir una conexión de mayor potencia con Monçao, que también está de acuerdo. Según reconocen,  no va a ser fácil conseguir el visto bueno de los dos gobiernos. “As Neves es el único ayuntamiento del Miño que carece de conexión con Portugal”, destaca el regidor. La idea que baraja, y que trata de “vender” a la Xunta para que a su vez convenza al Gobierno, es que el puente se sitúe en la zona de la depuradora de la Plisan porque no hay viviendas que expropiar y sería más barato. “Yo solo entiendo que todos tienen puente menos As Neves”, resume el alcalde.

La segunda idea avanzó algo más, una estructura peatonal entre Tomiño y la otra orilla que incluso llegó a tener un anteproyecto, pero que no ha pasado del papel, pese a las sucesivas presentaciones. La alcaldesa de Tomiño, Sandra González, lidera la idea, que ya está muy adelantada, pero falta conseguir financiación. Sería  una pasarela colgante de directriz recta y 330 metros de longitud y 9,20 metros de gálibo sobre el Miño con una estructura horizontal compuesta por una plataforma de cuatro metros de largo y un pavimento de madera y hormigón. La estructura vertical está compuesta por dos apoyos de acero en la ribera, que enlazan al sur de Espazo Fortaleza, y al sur del Parque do Castelinho. La Xunta también incluye el proyecto en sus candidaturas para los fondos Next Generation de la Unión Europea.  

Pero a su lado, Salvaterra también está moviendo ficha para construir otro viaducto que complemente al ya existente. La alcaldesa Marta Valcárcel destaa que su propuesta la han solicitado como eurocidade (con Monçao), y que su finalidad es servir a  la Plisan, “que está despegando, y descongestionar el tráfico pesado de Salvaterra”. En paralelo, también trabajan para ampliar el viaducto actual y hacer un paso peatonal, por un lado, y de bicis para otro. Valcárcel destaca que se han dirigido a la Xunta para que les ayude con el Gobierno, que tiene la última palabra. “El alcalde de Monçao también se ha dirigido al Ejecutivo luso para que se implique en esta misma petición”, señala.

“Para Arbo fue clave en lo laboral y social”, dice su alcalde

Hace ahora justamente 25 años se inauguró el puente internacional “Manuel Fraga”, así denominado, que abrió un nuevo capítulo entre Arbo y Melgaço y, por tanto, entre las dos orillas del Miño.  Fue inaugurado en diciembre de 1998 por el entonces titular de la Xunta y el presidente de Portugal, Mario Soares, y según destaca el alcalde de Arbo, Horacio Gil, ha favorecido el intercambio económico y comercial con Melgaço con un gran impacto en el plano laboral. “Arbenses hacia Portugal y muchos más portugueses que trabajan en Arbo en viñedos y bodegas sobre todo”, explica. “Hay muchos más trabajadores portugueses de los que la gente se imagina. Y vecinos de Arbo con negocios en Melgaço que cruzan a diario –ida y vuelta-, el puente”. Aclara Gil que el puente también ha favorecido relaciones sociales y estrechado lazos familiares entre ambos concellos. “Una prueba de ello, es que estamos impulsando la Eurocidade miñota” (como Tui y Salvaterra). Además, el puente ha favorecido el acceso a la autovía y el transporte de mercancías hacia el Norte y Francia, así como a los viajeros que vienen a Arbo a pasar sus vacaciones, sentencia el alcalde.

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