Mujeres “bravas” de Honduras a Vigo: “No voy a pedir perdón por nada”

Mariela (a la izquierda) marisqueando en Honduras; Verónica (derecha) pesando el fruto recolectado.
photo_camera Mariela (a la izquierda) marisqueando en Honduras; Verónica (derecha) pesando el fruto recolectado.
Ambas realizarán dos charlas en la Universidad de Vigo los días 12 y 14 de marzo

El 12 y 14 de marzo estarán en la Universidad de Vigo dos activistas por la lucha igualitaria en su país y realizar dos mesas redondas tituladas “Mujeres bravas de Honduras y Galicia”. Mariela Burgos y Verónica Rodríguez llevan en Galicia desde el pasado miércoles para propagar su conocimiento del empoderamiento de la mujer, en un país donde la igualdad todavía está lejos de alcanzarse. Mariela, mariscadora de profesión, cuenta las dificultades de un empleo donde no hay ningún tipo de regulación y se abre al furtivismo. “Que no exista regulación nos afecta mucho. En un trabajo donde todas somos mujeres, nos sentimos abandonadas, porque parece que no contamos para nada”, aseguró Mariela. 

Por tanto, se enroló en el grupo de mujeres marisqueras Estrelas del Mar y empezó a luchar “por nuestros derechos, para sentirnos poderosas. En Vigo es imposible que no existan cofradías ni regulación, pero en Honduras tenemos que luchar para no sentirnos desprotegidas”. Sin embargo, se ven avances en su sociedad, aunque reconoce que “necesitamos ayudas”. Catalogada como rebelde, Mariela llegó a sufrir amenazas de muerte. 

Verónica, trabajadora del campo, fue una de las pioneras en labrar el campo cuando solo estaba reservado para los hombres: “Tenemos en Honduras una cultura del machismo que aquí es difícil de entender. Hay un patriarcado ya implementado, a la mujer se le empuja a quedarse en casa con las crianzas, y no cuentan con voz ni con voto en la sociedad”. Habitual de charlas sobre igualdad por las comunidades hondureñas, se sorprende al ver que las mujeres acuden últimamente a las ponencias pero “es el marido quien manda. Nosotras les animamos a romper esas barreras, que reivindique su espacio y tomen conciencia de sus derechos”. 

Desde 2005, ya en edad adulta, comenzó a trabajar en el campo y “poco a poco fui introduciéndome en ese proceso de liberación personal. Ahora, no voy a pedir perdón por nada. Hemos hecho camino, pero todavía queda mucho por delante”. Verónica lidera la Reserva Estratégica Comunitaria de Granos y Semillas Básicas, una organización de apoyo para asegurar la dsiponibilidad de alimentos durante épocas de escasez y sequía. 

Ambas coinciden en que ser una “mujer brava” les trajo problemas, pero no se arrepienten del paso que han dado en favor de una brecha que, lentamente, va estrechándose. “Una mujer brava supera obstáculos, lucha por lo suyo”, declaró Verónica. “Es tener fuerza y coraje para protestar contra las injusticias”, comentó Mariela. También coinciden en lo bello del paisaje gallego, aunque “no estamos acostumbradas a este frío. Es bien bonito, pero somos de una zona más calurosa”, indicó Verónica.

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