El truculento asesinato ocurrido en la madrugada del miércoles en una casa rural de Ponte de Lima estuvo precedido por horas de angustia y cautiverio, durante las cuales la viguesa superviviente fue obligada a ver cómo mutilaban los genitales de su pareja.
Los últimos datos de la investigación apuntan a que el presunto asesino, el empresario Carlos S.F., exmarido de ella, irrumpió en la casa de turismo rural de Ponte de Lima, sobre las doce de la noche, después de trasladarse desde Vigo. Una vez allí, habría golpeado a la pareja de su exmujer de forma contundente para a continuación maniatarla a una silla con cables eléctricos. La tortura duró unas seis horas, ya que la primera voz de alarma se sitúa antes de las siete de la mañana. Durante ese periodo, el agresor obligó a la mujer a ver cómo mutilaba los genitales de la víctima, algo que habría hecho con un arma tipo katana o machete, informaron fuentes cercanas a la investigación.
A pesar de la pesadilla vivida en el interior de la casa, situada en la calle Alzelas, en Gondufe (Ponte de Lima), muy cerca de Viana do Castelo, la mujer logró liberarse de la silla y escapar para pedir ayuda. Cuando fue encontrada pasadas las 8,30 de la mañana por agentes de la GNR de Viana, se encontraba escondida en la zona, con las manos todavía atadas a la espalda, con temor a que el asesino regresara. Ella señaló directamente a su exmarido como el responsable, quien, supuestamente, tras la huida de la mujer, cogió el coche de ésta, un Jeep negro y lo tiró por un terraplén a escasos metros de la casa, para evitar que pudiera escapar en él. Después, se subió a su coche y puso rumbo a Vigo. Sobre las 9,00 de la mañana, dejaba su BMW estacionado al final del puente de Rande y se lanzaba al agua. Su cuerpo era rescatado horas después por los efectivos de Salvamento Marítimo y trasladado hasta el muelle de Domaio, en Moaña. La Guardia Civil identificaba al fallecido como el sospechoso del crimen ocurrido al otro lado de la frontera con Portugal.
Una ruptura muy conflictiva tras doce años de convivencia
El presunto asesino y su ex mujer habían pasado por una ruptura muy conflictiva. Fuentes del entorno relataron que la separación, que él no habría asimilado, se produjo hace unos meses tras doce años de convivencia aparentemente idílica.
Ella, de 48 años, inició una nueva relación con otra persona, de origen extranjero pero residente en Vigo, con el que decidió pasar unos días de vacaciones en Portugal. La pareja se trasladó a la vivienda de turismo rural de Ponte de Lima hace unas dos semanas. Según publicaba el Jornal de Noticias citando testigos, el exmarido se había presentado allí al menos en dos ocasiones anteriores, en las que habría protagonizado alguna acalorada discusión con ella, una de varias horas a las puertas de la casa.
Vecinos de la zona aseguraban a una cadena de televisión que la viguesa había preguntado días atrás si habían visto algún vehículo extraño por el entorno, porque temía estar siendo vigilada por su ex. De hecho, la prensa lusa hacía referencia a la presencia de un geolocalizador en el coche de ella que permitiría a su ex saber en que lugar exacto se encontraba.
La conmoción por este crimen se ha extendido a ambos lados de la frontera. En Vigo, el presunto asesino, una persona de algo más de 50 años, alta y corpulenta, era muy conocido. Quienes le conocían aseguraban que la separación de su mujer había sido especialmente traumática, con constantes discusiones y desencuentros entre ambos desde hacía meses.
La Policía Judiciaria de Oporto, del Departamento de Investigación Criminal de Braga se ha hecho cargo de las pesquisas, con colaboración de los cuerpos y fuerzas de Seguridad vigueses.
Entierro del presunto autor del crimen tras la autopsia
Mientras los forenses portugueses se encargan del informe de la autopsia del hombre mutilado y asesinado en Ponte de Lima, el cuerpo de su presunto agresor también fue sometido a examen tras ser rescatado de la Ría, a la altura de Moaña. Carlos S.F. podrá ser enterrado en las próximas horas tras finalizar su autopsia autorizada tras el levantamiento de su cadáver por el Juzgado de Cangas en funciones de guardia. Empresario de Vigo, que actualmente se movía en el sector inmobiliario, era piloto, profesión que había ejercido hacía unos años en Galicia con helicópteros.
Por su parte, su exmujer se recupera de las lesiones, de menor gravedad, que presentaba en las muñecas y brazos tras varias horas maniatada, por lo que había sido trasladada al hospital de Ulsam de Viana de Castelo. Una vez recuperada, se prevé que regrese a Vigo.
