JULIO MONTES SANTIAGO Médico internista del Complejo Vigués y escritor

“Muchos médicos buscan la forma de salir de este mundo de dolor, para mí es la literatura”

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photo_camera Julio Montes, en su despacho del Hospital Meixoeiro.

 Entre el personal sanitario de Vigo hay varios artistas en el mundo de la pintura, la música, la escultura o la literatura. El médico internista Julio Montes es uno de ellos.

Combina sus tareas asistenciales en el Meixoeiro y la publicación de artículos estrictamente médicos con la creación literaria. Todo empezó hace años con un esguince que le mantuvo una semana de baja. En ese tiempo leyó cosas sobre las enfermedades de Mozart y Beethoven. “Me llamó la atención que sobre Goya, que es a la pintura lo que Beethoven a la música, no había nada. Un poco como reivindicación empecé a escribir”. A partir de ahí se especializó en biografías de personajes célebres y lo que habían supuesto sus dolencias.  Escribió también libros de poemas, con grabados de Yolanda Carbajales, una artista ourensana que además es su mujer.
¿Qué le aporta más satisfacción, la medicina o la literatura?
Digo lo mismo que otro médico escritor, Antón Chéjov. Él decía que la medicina era como su mujer y la literatura su amante, cuando se cansaba de una caía en brazos de la otra y así se regocijaba con las dos. Es verdad que muchos médicos buscamos los medios para salir un poco de este mundo de dolor y desesperación, para unos es la música, para mí es escribir.

Hace poco dio una charla en el Cunqueiro sobre si la salud de los personajes célebres sirve para educar a la población o es simple cotilleo. ¿No es algo que se suela contar?
Esto surgió durante la campaña electoral de Estados Unidos. Hillary Clinton tuvo una neumonía  y lo intentó esconder, pero su contrincante, Donald Trump, lo usó en campaña. Luego pasó algo curioso: los dos hicieron una especie de carrera a ver quién divulgaba más sobre su salud para demostrar que estaban sanos. Fue un espectáculo penoso. En los últimos años salieron libros sobre la influencia de las enfermedades en las personas que toman decisiones. Churchill tuvo varios infartos durante la Segunda Guera Mundial aparte de tener una depresión importante. Roosevelt estaba muy enfermo cuando se reunió en Yalta con Churchill y Stalin, es posible que las cesiones que hicieron a Stalin no se hubiesen producido en condiciones normales. Durante mucho tiempo fue un secreto de Estado que Mitterrand tenía un cáncer de próstata, también fue un secreto la salud de Fidel Castro o el final de Chávez. En España ya lo habíamos vivido con al muerte de Franco.

¿Tenemos que preocuparnos por los políticos de ahora?
Los políticos españoles gozan de buena salud. Rajoy hace la ruta da Pedra e da Auga, el presidente Pedro Sánchez fue jugador de baloncesto, Albert Rivera de balonmano y tengo un cariño especial (no ideológico) por Pablo Iglesias porque los dos tuvimos un cólico nefrítico y sabemos lo que duele. Otra cosa es la controversia que se generó en Estados Unidos cuando un grupo de psiquiatras mandaron cartas a los periódicos en las que dudaban si la salud mental de Trump era idónea para tomar decisiones.

¿Le parece bien que los famosos cuenten sus enfermedades?
En los  años 50 había una controversia importante sobre la eficacia de las vacunas, por ejemplo la de la polio. La polémica se terminó cuando  Elvis Presley apareció en la televisión vacunándose. O cuando Angelina Jolie  se hizo una mastectomía bilateral porque en los meses siguientes aumentaron los test genéticos en Estados Unidos para evitar el cáncer de mama. Ahí viene la alerta. Estos test solo están indicados para determinadas personas. La parte positiva de contarlo es que otras personas ven que el famoso con su misma enfermedad sale adelante. Stephen Hawking fue una inspiración para mucha gente. La parte negativa es el efecto halo, cuando dicen tonterías sobre las vacunas o sobre ciertos alimentos sin base científica.

¿Qué personaje le cautivó más?
Muchos, pero soy un apasionado de Mozart. Su vida es trágica. Siempre estuvo preocupado por el dinero, no le llegaba porque su mujer Constanza se lo gastaba de forma un poco alegre y cuando eso ya estaba solucionado porque había conseguido un cargo, se muere.

En su conferencia del Cunqueiro puso a Einstein como paradigma de morir con dignidad.
Muere a los 76 años. Tenía un aneurisma de aorta roto. Era 1955 y la cirugía para estos casos estaba en sus inicios. Einstein dejó escrito “ha llegado la hora de irse, lo haré con dignidad. Lo que está hecho está hecho, me iré como he vivido”.
¿Un hallazgo sorprendente?
Leonardo Da Vinci hace en 1509 la primera disección de un anciano de cien años, es el primer caso descrito de arterioesclerosis. Estas cosas me han ayudado en consulta. A un paciente con cirrosis hepática que operamos para hacer extracciones de líquido le dije que tenía  la misma enfermedad que Beethoveen. Cuando falleció vino su hija al hospital, él le había pedido que nos dijera que le había consolado aquello, estaba agradecido.

¿Por qué se han hecho tantos diagnósticos de la Mona Lisa?
Se dijeron muchas cosas seguramente ninguna acertada, desde que era Leonardo disfrazado hasta que tenía colesterol alto, que no tenía dientes o que estaba embarazada. Lo sorprendente de la Mona Lisa es el esfumato, una técnica que hace que solo veas la sonrisa si te alejas un poco y no la miras directamente.

¿Se podían haber evitado muertes prematuras de famosos?
El cardiólogo Valentín Fuster escribió un libro, Monstruos supersanos. Él está convencido de que la forma de que vivamos más y mejor es mediante la educación y los hábitos de vida saludable (evitar el sedentarismo y las grasas, hacer ejercicio, comer bien, etc). n
 

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