Ven escandaloso un gasto de 2,6 millones en un centro nuevo y su cesión es gratuita

Las Misioneras del Silencio ofrecen su albergue al Concello

Hay habitaciones de distintos tamaños muchas de ellas con amplias terrazas exteriores.
Las Misioneras del Silencio ofrecen al Concello de Vigo la cesión gratuita de su centro de día y albergue “Juan Pablo II” de la calle Marqués de Valterra.

Es un edificio de 2.000 metros cuadrados que dispone de 50 camas y distintos servicios para los sin techo, que ayer se abrió por primera vez a los periodistas desde su apertura hace diez años en la que fue la antigua Casa del Pescador, una dotación que había sido construida en los años 30 en terrenos cedidos por el Concello de Vigo a la Institución Valeriola.

Esta oferta se produce tras enterarse de que el alcalde había anunciado una inversión de 2,6 millones de euros para crear un albergue en la ciudad, una suma que consideran “escandalosa” en palabras del portavoz, el padre Carlos Olivares, y que ven innecesaria porque “Vigo ya tiene un albergue”.

Las Misioneras presentaron la propuesta a la Institución Valeriola (las religiosas tienen una cesión de uso hasta septiembre de 2012 prorrogable), para que a su vez sea este organismo el que negocie con el Concello de Vigo. Hasta ahora ya se lo comunicaron a dos miembros del patronato que dieron su visto bueno: el presidente, que siempre es el comandante de la Marina, y también el obispo, que es vocal, junto con un miembro del Concello de Vigo, la Cofradía de Pescadores y entre otros.

La única condición que ponen consiste en incluir cuatro cláusulas en el pliego de condiciones que elabore el Concello para sacar a concurso la gestión del centro. En primer lugar, piden que los asalariados del centro (seis personas de vigilancia y limpieza) mantengan sus puestos de trabajo.

También proponen que se establezca un servicio de comedor (actualmente se sirven desayunos y funciona una cafetería), porque los que existen en la ciudad no tienen más capacidad y que la iglesia interior siga cedida al Obispado y pueda guardar los pasos de Semana Santa de distintas cofradías religiosas. El último punto pide que se mantengan las pequeñas cruces colocadas en las habitaciones, dado el carácter religioso de sus estatutos.
En 2009 usaron este albergue 6.200 personas, una cifra que creció un 10% el año pasado.

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