El mercado negro del arte religioso pone en jaque a las iglesias de Vigo y la provincia

Parte de las 153 piezas recuperadas por la Guardia Civil en la operación contra el tráfico de arte religioso.
photo_camera Parte de las 153 piezas recuperadas por la Guardia Civil en la operación contra el tráfico de arte religioso.
Los templos de la diócesis  toman medidas frente a los robos, bien con alarmas o puertas más gruesas y guardando piezas de valor. La mayoría de asaltos son, sin embargo, por dinero o joyas

La última operación de la Guardia Civil que ha logrado recuperar 153 obras religiosas sustraídas en iglesias de Ourense y Pontevedra ha puesto sobre la mesa que el mercado negro de arte sacro sigue pujante y que supone una amenaza para el patrimonio eclesiástico. Entre todas las piezas se encontraba una talla de San Roque sustraída de la iglesia de San Martiño de Currás,  en Tomiño, uno de los municipios donde varios templos han sido en los últimos años objeto de robos.

 

 

“Es difícil hacer una valoración del perjuicio económico por los robos”, afirma Andrés Fuertes Palomera,  delegado de Patrimonio de la Diócesis Tui-Vigo. La explicación es que “muchos de estos incidentes no se notifican", aun así, afirma que en la diócesis la gran mayoría de robos se cometen “por dinero, en busca de las donaciones del cepillo, donde el botín no es muy elevado pero sí que causan perjuicios por los daños". 

En cuanto a las piezas de arte sacro, afirma que “las de mayor valor se encuentran en el museo diocesano” y los cálices de plata, cruces o imágenes están depositadas y se trasladan en fiestas puntuales. Aun así hay otras piezas del SXVIII en las iglesias o joyas, además del dinero por eso se han ido reforzando las medidas de seguridad. “Algunas parroquias con mayores posibilidades tienen alarmas, pero otras más pequeñas intentan bien colocar puertas más gruesas o cerraduras mejores o adoptar medidas preventivas por parte de los párrocos como no dejar a la vista objetos de valor”, asegura. 

El delegado de Patrimonio afirma además que “más del 90% de las piezas de arte de la iglesia desde 1997 están catalogadas, porque la Consellería de Cultura hizo un inventario por lo que cada vez que se comete un expolio se adjunta una fotografía con la denuncia y eso dificulta su venta en el mercado negro”.  Este, dice, se mueve principalmente entre coleccionistas y por internet y tratan de darle salida en otros países. 

En lo que va de año, son media docena las iglesias de la diócesis que han sufrido robos y el número se amplía en la provincia. El último esta misma semana en Darbo, Cangas, donde sustrajeron diversas joyas de la Virgen. Junto a Tomiño, ha habido sustracciones en Arcade, Porriño, Gondomar o Soutomaior, donde los ladrones, en algunos casos haciéndose pasar por feligresas, se llevaron joyas y en otros el dinero de los cepillos. “Hay iglesias en aldeas más aisladas que quedan cerradas y se abren solo para el culto y es complicado mantener vigilancia”, señala.

Entrega de un caliz recuperado en San Salvador de Tebra, en Tomiño en 2019.
Entrega de un caliz recuperado en San Salvador de Tebra, en Tomiño en 2019.

“Entraron a robar hace un tiempo y causaron daños”

Los párrocos no solo toman precauciones sino que en ocasiones también han ayudado a recuperar piezas, como ocurrió en San Salvador de Tebra, en Tomiño. En 2019, el párroco localizó en una página de internet un cáliz de plata de la iglesia que había sido robado en un asalto en 1984. Tras dar aviso a la Guardia Civil, los agentes pudieron recuperarlo y entregárselo. En esta última operación, también en Tomiño, aunque en otra parroquia hubo otro robo. Y no fue la única del municipio. El párroco de Tomiño, Gumersindo Javier Maqueira asegura que hace algún tiempo “entraron en nuestra iglesia, no se llevaron imágenes ni piezas pero causaron daños en la puerta, en otra parroquia también accedieron”. Al igual que el delegado de Patrimonio coincide en que suelen ser hurtos de dinero principalmente. “Sobre la última operación de la Guardia Civil el caso está en manos del juzgado”, asegurando que desconocía detalles del mismo. Sí afirmó que varios templos como en Barrantes yo Figueiró colocaron alarmas de seguridad. “La verdad es que no se pueden cerrar las puertas porque si se cierra la iglesia también se cierra a los feligreses”. La talla de San Roque de San Martiño ha podido ser recuperada y ahora se están analizando el resto de piezas recuperadas por los peritos de la iglesia para ratificar el lugar de donde fueron sustraídas. 

La Guardia Civil ha dado por desarticulada una de las tramas más importantes dedicadas al robo de arte sacro con la detención de ocho personas y una novena en investigación. El centro de la investigación se centró en la provincia de Ourense, donde se encontraban la mayoría de iglesias asaltadas.

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