La procesión del Cristo de la Victoria celebrada ayer avanzó con un ritmo más lento de lo habitual. Llevó más de tres horas realizar el recorrido hasta la Porta do Sol, donde se realizó el acto de despedida, momento del responso final.
La imagen fue recibida por una alfombra floral y a continuación dos corales y toda la multitud entonaron a coro el Himno del Cristo de la Victoria, que este año cumple su centenario. Después de que el obispo Luis Quinteiro Fiuza le dedicara unas palabras, tuvo lugar la ofrenda floral. Unos niños vestidos con el traje gallego bailaron e hicieron entrega de las flores. Al concluir el recorrido, el cristo regresó a la Basílica, donde permanecerá tres días colocado en sus andas y rodeado de las flores ofrecidas por los devotos.
Además del obispo en la procesión también estuvieron presentes otras autoridades religiosas como la Hermana Mayor de la Cofradía del Cristo de la Victoria, Marora Martín-Caloto o el párroco de la concatedral, José Vidal. En representación de las instituciones estuvieron presentes el alcalde Abel Caballero y el presidente de la Xunta Alfonso Rueda, que hicieron el recorrido juntos. También estuvieron presentes gran parte de los miembros del gobierno local y también concejales de otros partidos como el PP de Vigo o la delegada de la Xunta, Marta Fernández-Tapias.
