María Castro recogió su galardón de Viguesa Distinguida

El pazo de Castrelos fue el lugar elegido para la entrega del premio de Viguesa Distinguida, galardón, que por motivos laborales, María Castro no pudo recoger hasta ayer. Muy emocionada y con su hija en brazos, hizo gala de viguesa, “no por un don, sino fruto de la ocasión; con madre lucense, padre coruñés y dos hermanos también lucenses (…) y con un tío adoptivo tan vigués como Morris”.

Recordó su paso por el CEIP Pintor Laxeiro, el EIS Santa Irene y la gimnasia en el pabellón de As Travesas. Y explicó cómo le transmitió ese amor por la ciudad a su marido y a sus hijas “llegan en el avión cantando ‘Ondiñas veñen’, yo no sé dónde acabará mi vida, pero sí lo que significa Vigo en ella”.

Finalizó su intervención esperando no solo ser merecedora del premio por su profesión, “ojalá esta distinción también sea por mi forma de ser, mis características humanas, cumplir así lo que siempre me dice mi madre, que me recuerden por ser buena persona”. El alcalde Abel Caballero le hizo entrega del galardón agradeciendo su labor como embajadora de la ciudad y declarándose su primer fan.