“Lo importante es que esto no quede aquí, que con esta marcha logremos visibilizar la importancia de la donación de médula y que aumenten el número de registros”. Así, David Gil recordó la finalidad de la marcha solidaria “700 camisetas contra la leucemia” que ayer salió en su edición 14 un año más desde Vigo a Pontevedra. Fueron 35 kilómetros, aunque en esta ocasión estrenó itinerario por la Vía Verde, para darle seguridad a los participantes, para continuar por distintos tramos del Camino de Santiago. El objetivo era llegar a la Peregrina.
Los más madrugadores fueron los caminantes, unos 450 inscritos que en familia o de forma individual partieron a las 9 de la mañana. Una hora más tarde, 30 corredores y 80 integrantes de Discamino hacían lo propio. Todos vestían la ya popular camiseta roja, recordando esa primera marcha realizada por David Gil en 2009 con diez etapas por toda Galicia para llevar una camiseta a cada nuevo donante de médula ósea. Entonces en España había solo 60.000 registros, hoy son cerca de 465.000, 13.000 de ellos en Galicia, pero aún muy lejos de los más de ocho millones de Alemania. “No se puede parar, este es un grito solidario para informar de la necesidad de aumentar estos registros, es una donación poco conocida, pero supone que si encuentran a un receptor compatible, podemos ser los únicos en el mundo que podamos salvarle la vida”. David Gil preside la asociación Frangil, ONG que lleva el nombre de su hermano, quien falleció de leucemia y con quien comenzó la lucha por dar conocer este tipo de donación. Ese fue el mensaje que volvió a enviar ayer: “Continuad con esta marea roja que grita por la curación de la leucemia, haciéndoos donantes de médula ósea”.
Los requisitos son tener entre 18 y 40 años, estar sano y anotarse en la base de datos internacional bien a través de la web galiciamedulaosea.org o en el Nicolás Peña. “Si se le inculca a los jóvenes lo importante de la donación, tienen más tiempo para pensar en que tiene de beneficioso para la sociedad, no es bueno tomar esta decisión en caliente, ante un impuso por haber perdido a un ser querido; es mejor dar un paso atrás y reflexionar”, señala David desde la experiencia propia, ya que el año pasado su padre también falleció por cáncer. “Sentíos unos privilegiados por estar hoy aquí y no entre cuatro paredes de un hospital”. El presidente de Frangil agradeció la presencia a todos los participantes y recordó a los que no pudieron estar.
